Según la empresa el reto no es sólo construir casas autónomas, sino lograr que los habitantes ajusten sus hábitos para que la vivienda funcione correctamente. “El desafío es psicológico, no tecnológico”, resaltan.
La búsqueda por una vida más sostenible ha llevado a ZeroCabin a concebir una propuesta radical: diseñar y construir viviendas completamente autónomas que operen con recursos naturales cíclicos. La visión de esta empresa no solo transforma la forma en que entendemos las casas, sino también cómo concebimos nuestro impacto en el ecosistema.
La filosofía de adaptación y autonomía de ZeroCabin
La esencia de ZeroCabin es vivir en simbiosis con los recursos renovables del entorno, lo que genera una conexión profunda con la naturaleza. Esta filosofía promueve una adaptación consciente a los ciclos naturales de la biosfera, ajustando nuestros hábitos de consumo a lo que el entorno nos ofrece.
Según los fundadores, este enfoque no solo fomenta la sostenibilidad, sino que también brinda una sensación auténtica de libertad y autonomía, pues al vivir con recursos gratuitos como el sol, el viento y el agua de lluvia, los residentes ya no dependen de las empresas para los servicios básicos.
“Vivir adaptándonos a ciclos ecosistémicos requiere acomodarnos y ajustarnos a lo disponible en el entorno, sin embargo, a cambio obtenemos autonomía, conexión y libertad. Esto se experimenta, por ejemplo, cuando ninguna empresa te puede quitar algún recurso de servicio básico, ya que son eternos dentro de la ciclicidad de la biosfera”, comenta Sarella Muñoz, líder en comunicaciones y marketing de ZeroCabin.

Un estilo de vida sustentable
La adopción de esta filosofía ha tenido un impacto profundo en las familias que optan por vivir en una casa ZeroCabin. A través de la eficiencia en el uso de recursos, las familias logran reducir su huella ambiental a niveles casi nulos, ajustando sus rutinas diarias para vivir de manera más conectada con el ecosistema.
“No es un paso fácil, porque todos venimos de la ciudad, de una vida citadina donde los recursos parecen inagotables (hasta que los cortan o surgen problemas en las matrices de generación centralizada). Por eso, adaptarse a la realidad de que ´se acabó la energía de las baterías’ o ´se terminó el agua de lluvia acumulada´ es un escenario que se puede evitar utilizando eficientemente los recursos, y nuestras casas lo permiten”, detalla el equipo.
El reto, según ZeroCabin, no es sólo construir casas autónomas, sino lograr que los habitantes ajusten sus hábitos para que la vivienda funcione correctamente. “El desafío es psicológico, no tecnológico”, resaltan.
Para Sarella, “el mayor desafío para la humanidad no es seguir desarrollando soluciones para generar energía limpia, sino primero cambiar nuestros hábitos. El verdadero reto está en aceptar la necesidad de adaptarnos a la energía del ecosistema, lo que implica reducir su consumo y utilizarla de manera eficiente”.
Aprendiendo de la experiencia
A través de seis años de prueba y error, ZeroCabin ha logrado dominar una amplia gama de terrenos y condiciones, desde proyectos en áreas remotas hasta viviendas en zonas de difícil acceso. Esto les ha permitido ser altamente competitivos y ofrecer productos que se adaptan a diferentes tipos de clientes.
Sin embargo, el mayor aprendizaje de ZeroCabin ha llegado a través de proyectos familiares, especialmente aquellos con niños. Estos proyectos, que buscan ser una primera vivienda, permiten que las nuevas generaciones crezcan con una concepción radicalmente diferente del consumo y la relación con la naturaleza.

Educación, expansión y revolución en la industria
La empresa busca cambiar la forma en que la sociedad y la industria inmobiliaria comprenden la sostenibilidad. La creación de productos accesibles, como casas pasivas para familias y pequeños refugios para parejas jóvenes, refleja un modelo de negocio cada vez más competitivo frente a las viviendas tradicionales.
Además de su labor en la construcción de viviendas, ZeroCabin está comprometida con la educación ambiental y la promoción de su filosofía a nivel social. La empresa colabora con organizaciones que fomentan el desarrollo de espacios sostenibles, como centros comunitarios y jardines infantiles, optimizando la eficiencia energética y reduciendo el impacto ambiental en estos proyectos.
A través de estas iniciativas, ZeroCabin busca sembrar la semilla del cambio, enseñando a las nuevas generaciones cómo vivir en armonía con el entorno. A medida que la sociedad se enfrenta a los retos ambientales del siglo XXI, proyectos como ZeroCabin nos invitan a repensar nuestra relación con los recursos naturales y a adoptar un estilo de vida más equilibrado y consciente.