En la Región de Los Lagos, a orillas del Lago Llanquihue, se encuentra un espacio que va más allá del arte: el Teatro del Lago. Con más de una década de historia, este ícono cultural se ha consolidado como un referente en las artes escénicas, la formación artística y el impacto social, demostrando que la cultura y la sostenibilidad pueden ir de la mano.
Conversamos con Gonzalo Larenas, director ejecutivo de la Fundación Teatro del Lago, quien compartió cómo han logrado combinar excelencia artística, autonomía financiera e impacto social, convirtiéndose en un modelo de innovación en gestión cultural.
Teatro del Lago, un modelo de gestión innovador
El Teatro del Lago se ha reinventado para mantenerse relevante en un mundo donde la filantropía tradicional ha pasado a tener una visión más estratégica. “Hoy no basta con hacer el bien; hay que demostrarlo”, explica Larenas. Esto ha llevado a la fundación a diversificar sus fuentes de ingresos, desarrollar modelos de negocios propios y establecer alianzas con el sector privado que generen valor compartido.
El 97% de los recursos del teatro provienen de fuentes privadas, lo que lo convierte en un caso excepcional en el mundo de las fundaciones culturales. “Tenemos que pensar constantemente en cómo generamos valor para el mundo privado”, señala Larenas. Esto ha implicado adaptarse a métricas como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y los criterios ESG (Environmental, Social, and Governance), demostrando que el arte y la cultura pueden ser motores de cambio social y ambiental.
Proyectos con impacto
Entre las iniciativas más destacadas del Teatro del Lago se encuentra “Puedes Bailar”, un programa que utiliza la danza para desarrollar habilidades socioemocionales en niños y jóvenes. Este proyecto, que comenzó en Frutillar, ya se ha replicado en comunas como La Pintana, donde ha tenido un impacto transformador. “Niños que no hablaban con otros terminaron abrazados con sus compañeros”, relata Larenas.
Además, el teatro ha impulsado programas como “Puedes Cantar”, que fomenta la cohesión social a través de coros comunitarios, y “Eduvida”, que lleva conciertos educativos a colegios de la región, impactando a más de 1.200 niños por evento. Estos proyectos no solo promueven el goce estético, sino que también contribuyen a los ODS, especialmente en áreas como educación de calidad y ciudades sostenibles.
Cultura desde las regiones y visión a futuro
Hacer cultura desde regiones no es tarea fácil. Los recursos son escasos y los costos, elevados. Sin embargo, el Teatro del Lago ha logrado posicionarse como un polo de desarrollo cultural que trasciende fronteras. “No solo importamos grandes músicos; también estamos exportando talento nacional”, destaca Larenas.
Innovación, más allá de un espacio
El teatro también se ha convertido en un espacio de encuentro para innovadores, empresarios y pensadores, albergando eventos como charlas TED y encuentros de innovación social. “La cultura promueve el diálogo y la cohesión social”, afirma Larenas.
Mirando al 2025, el principal desafío del Teatro del Lago es aumentar su autonomía financiera y ampliar su impacto. “Necesitamos que más empresas nos apoyen y que la gente entienda el valor del arte y la cultura”, señala Larenas. Además, la fundación busca replicar sus proyectos en otras regiones del país, llevando programas como “Puedes Bailar” a nivel nacional.
En un mundo donde las fundaciones enfrentan crecientes desafíos financieros y de transparencia, el Teatro del Lago se erige como un ejemplo de cómo la innovación y la sustentabilidad pueden ser pilares fundamentales para el desarrollo cultural. Su historia demuestra que, incluso desde el sur de Chile, es posible generar un impacto global.