Por Cristina Navarro, emprendedora Endeavor y co-fundadora Bioled
Una nueva configuración está transformando las dinámicas empresariales en el ámbito científico, impulsada por emprendedoras que buscan derribar estereotipos y prosperar a punta de innovación. Esto pues cada vez son más las mujeres que se integran al ecosistema emprendedor con soluciones de alto impacto. Un auge que, si bien ha derivado en un entorno empresarial mucho más diverso, también expone el desbalance de género que existe entre los STEMpreneurs. Fundadores vinculados a las áreas de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas.
Uno de los factores que podría explicarlo es el cultural, pues es un sector mayormente masculinizado en el que la participación de mujeres es más bien escasa. En Chile, la tercera Radiografía de Género en Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (2023) de la cartera de ciencias reveló que solo el 8% de las mujeres que se titularon de pregrado en 2022, lo hicieron en áreas de formación STEM, posicionándonos como el cuarto país con el porcentaje más bajo de la OCDE.
Asimismo, del total de personas matriculadas en programas de pregrado para la educación superior en 2022, las mujeres representaron el 21% en las carreras STEM. Cifra que ascendió a un 30,2% en 2024 y a un 32% en 2025, según datos del Ministerio de Educación, y que si bien refleja los esfuerzos para favorecer el balance de género en programas de formación de capital humano avanzado en estas áreas, continúa reflejando una preocupante brecha que podría afectar la percepción de niñas y jóvenes en torno a sus oportunidades.
Otro de los elementos a considerar es la falta de modelos a seguir, pues la representación de mujeres en el ámbito de innovación empresarial es considerablemente menor que en sus pares masculinos. De hecho, basándose en los datos recogidos en 146 países, el Reporte de Brecha de Género (2023) reveló que las mujeres comprenden el 29,2% de la fuerza laboral en STEM, pero alcanzan casi el 50% en otras ocupaciones. Junto con ello, detectó que las mujeres en cargos de dirección de estas áreas llegan apenas a un 12,4%, lo que puede convertirse en un obstáculo más para las emprendedoras al perpetuar estereotipos y abrir cuestionamientos en torno a sus capacidades para liderar empresas.
Pese a aquello, la práctica muestra una realidad alentadora. En el estudio “El auge de las Mujeres STEMpreneurs de América Latina y el Caribe” (2024), los inversionistas participantes destacaron que los emprendimientos STEM fundados o cofundados por mujeres se desempeñan bien, e incluso mejor que los encabezados por hombres. Asimismo, un informe del Boston Consulting Group indicó que las startups fundadas y cofundadas por mujeres generan un 10% más de ingresos en un periodo de cinco años, pese a recibir menos inversión. Otras organizaciones destacan que los fondos de capital en mercados emergentes con equipos diversos -con un 30 a 70% de mujeres en puestos directivos-, muestran Tasas Internas de Retorno 20% más altas.
Por eso, si bien los programas que incentivan la participación y desarrollo de niñas en STEM desde su formación escolar son fundamentales para alcanzar un sector más equitativo, es igualmente importante que el ecosistema emprendedor apoye a las fundadoras para que no solo puedan generar impacto social y económico debido a su potencial de escalabilidad, sino que también para potenciar su constitución como modelos a seguir para las futuras generaciones de emprendedoras.
