Por Suzanne Wylie, directora ejecutiva de Fundación Reforestemos
Ver las noticias de los incendios en California es, desafortunadamente, enfrentar un espejo de lo que ocurre en Chile cada verano. Basta con remontarnos hace 11 meses atrás, cuando vivimos en Valparaíso el segundo incendio forestal más letal del mundo, o al 2017, cuando la “Tormenta de Fuego” marcó el inicio de los incendios forestales de sexta generación.
Si bien la inversión histórica de más de $156 mil millones por parte del Gobierno ha dado buenos resultados en cuanto a combate, los incendios continúan aumentando. En comparación con la misma fecha del año pasado, hemos visto un 18% más de estos siniestros a lo largo del país, y solo en la RM -donde el 80% del arbolado es exótico y altamente inflamable- el incremento alcanza un alarmante 83%.
El escenario tampoco ayuda. Con un 2024 marcado como el año más caluroso del mundo, una sequía de 15 años a nivel nacional y un 27% del territorio afectado por desertificación, un pequeño descuido puede desencadenar una tragedia.
Los incendios forestales, responsables de altas emisiones de gases de efecto invernadero, vulneran aún más a la flora y fauna. Los bosques nativos, que absorben 2.6 gigatoneladas de CO₂ al año, regulan el ciclo hídrico y frenan la desertificación, son esenciales para la biodiversidad.
Y lo más complejo es que el problema no es solo ambiental, sino también social y económico. La pérdida de bosques compromete los recursos de agua dulce, acelera la pérdida de biodiversidad y expone a millones de personas a condiciones de vida más difíciles.
La lección es clara: debemos actuar de inmediato para restaurar y proteger nuestros bosques y ecosistemas. Gobiernos, empresas y ciudadanos debemos unir esfuerzos en un compromiso colectivo. Reforestar y trabajar en alianzas público-privadas es esencial para evitar que se repitan tragedias como la pérdida de miles de hectáreas por incendios, el desplazamiento de comunidades y la destrucción de ecosistemas vitales.
En Reforestemos, mantenemos firme el compromiso que asumimos hace 13 años: restaurar nuestros ecosistemas. Sin embargo, como siempre hemos dicho, este debería ser el último paso. Con el 99,7% de los incendios originados por acción humana, el llamado es claro: prevenir es responsabilidad de todos.