En un mundo cada vez más competitivo e interconectado, las startups enfrentan el reto de escalar sus operaciones sin perder su esencia. Conversamos con Sabrina Torgan, Chief Financial Officer (CFO) de PhageLab, para conocer cómo una startup chilena de biotecnología está gestionando su cultura organizacional mientras expande su impacto a nivel internacional.
PhageLab: Innovación con propósito
PhageLab se especializa en combatir la resistencia a los antibióticos mediante el uso de bacteriófagos, aportando soluciones innovadoras a la producción animal. Con una operación internacional y la meta de tratar 500 millones de pollos en Brasil este año, la empresa no solo se centra en sus avances científicos, sino también en preservar su identidad cultural.
“Nuestra cultura está profundamente arraigada en la resiliencia y el espíritu de ‘self-starters’. Somos una empresa que no acepta un no por respuesta, y eso nos conecta como equipo”, señaló Torgan.
La importancia de los valores fundacionales
Uno de los pilares de la cultura de PhageLab es mantener los valores que definieron a sus fundadores cuando iniciaron el proyecto en un contenedor hace 14 años. Estos principios han evolucionado para convertirse en símbolos que inspiran a todo el equipo.
“Los valores deben ser genuinos y representativos de los fundadores. Hemos trabajado en definirlos y practicarlos, porque no basta con colocarlos en la pared: deben vivirse día a día”, explicó Torgan.
Un ejemplo concreto es cómo los valores de la empresa se vinculan a carreras de Fórmula 1, una pasión de los fundadores, mostrando la importancia de incorporar elementos simbólicos que refuercen la identidad cultural.
El área de recursos humanos como eje estratégico
Para Torgan, los recursos humanos no solo son un área operativa, sino un pilar estratégico. A medida que PhageLab crece y atrae talento diverso, es fundamental que los líderes transmitan la cultura organizacional a cada colaborador, desde científicos con doctorados hasta profesionales de otras industrias.
“Sin las personas adecuadas que encarnen nuestra cultura, ninguna idea, por más innovadora que sea, logrará despegar”, afirmó.
El reto de la internacionalización
PhageLab está expandiendo sus operaciones a mercados como Brasil, Uruguay y México. Según Torgan, este proceso presenta el desafío de integrar culturas diversas mientras se preserva la esencia de la startup.
“Cuando te internacionalizas, necesitas encontrar personas locales estratégicas que se adapten a tu cultura y traduzcan las dinámicas del nuevo mercado. Esto es clave para lograr una transición exitosa”, destacó.
Cómo atraer y retener talento diverso
Con 115 colaboradores provenientes de distintos países y sectores, PhageLab se enfoca en construir un sentido de pertenencia. Según Torgan, la transparencia y la comunicación son esenciales para mantener a los equipos alineados con los valores de la empresa.
“La nueva generación busca propósito en su trabajo. Si no lo encuentran, no se quedan. Por eso, ser auténticos y consistentes en nuestra comunicación interna y externa es clave”, explicó.
Además, enfatizó la importancia de adaptar la comunicación a distintos públicos dentro de la empresa: científicos, operadores logísticos y profesionales de negocios, respetando sus perspectivas mientras se refuerzan los valores principales.
Lecciones para otras startups
Desde la experiencia de PhageLab, las startups en fases de crecimiento pueden aprender lo siguiente: Preservar el núcleo cultural: No ceder a presiones externas que diluyan la esencia de la empresa, Contratar talento preparado: Roles estratégicos requieren profesionales con experiencia que puedan adaptarse rápidamente, Adaptarse con agilidad: Si un proceso no funciona, cambiarlo sin demora y Formar líderes como embajadores culturales: Los líderes deben practicar los valores y transmitirlos de manera consistente.
Cultura como motor de crecimiento
PhageLab demuestra que la cultura organizacional no solo es un aspecto interno, sino una ventaja competitiva que impulsa su misión. Su enfoque en la resiliencia, la autenticidad y la integración global les ha permitido construir una empresa que no solo innova en biotecnología, sino que también inspira a su equipo y a su industria.
“Lo que buscamos es que cada colaborador sienta que es dueño del negocio. Esa es la fuerza que impulsa a PhageLab a conquistar nuevos horizontes”, concluyó Sabrina Torgan.
