“No queremos caridad, queremos oportunidad y profesionalismo”, destaca Carmen Cisternas, directora de Relaciones Institucionales de la Fundación Belén Educa, en una conversación sobre la Educación Técnico Profesional (TP) en Chile. Movilidad social y TP son dos conceptos profundamente vinculados que se fortalecen mediante la colaboración entre el sector empresarial, el Estado y las instituciones educativas, como resalta Cisternas al hablar sobre los esfuerzos de la fundación para transformar la vida de jóvenes en contextos vulnerables.
Educación Integral en Sectores Vulnerables
Desde hace 25 años, Belén Educa ha entregado educación de calidad a más de 14,500 estudiantes en sectores vulnerables, integrando en su enfoque educativo aspectos cognitivos, emocionales, culturales y deportivos. La cobertura de la fundación incluye comunas como La Pintana y Quilicura, donde, según Cisternas, “nuestro compromiso es estar donde más se necesita”. Destaca el impacto positivo de esta educación integral, que permite a los jóvenes alcanzar sus sueños y contribuir de forma significativa a la sociedad.
El Rol Fundamental de las Empresas
Uno de los mayores desafíos para la educación TP es la conexión de los estudiantes con el mundo laboral. La práctica profesional es una pieza clave en este proceso, aunque, como señala Cisternas, queda un largo camino por recorrer. “Las empresas que han abierto sus puertas para prácticas profesionales brindan una oportunidad invaluable. Compañías como Sura, Komatsu y Schneider Electric han sido fundamentales, pero necesitamos que más empresas se sumen a esta causa”, afirma. La colaboración de estas empresas permite a los estudiantes adquirir habilidades técnicas y una formación humana que facilita su integración laboral.
El Impacto de una Práctica Profesional
Para un estudiante de un colegio técnico, la práctica profesional es transformadora, ya que lo enfrenta a un entorno laboral muchas veces desconocido. “Imaginen lo que significa para un estudiante de Quilicura entrar a una gran empresa, donde aprende desde hábitos culturales hasta competencias técnicas. Esta experiencia les abre un mundo de posibilidades”, comenta Cisternas. La práctica en empresas de alto estándar, señala, permite una movilidad social tangible, brindando a los estudiantes la posibilidad de desarrollarse profesionalmente y soñar en grande.
Un Llamado a la Acción: La Educación como Responsabilidad Compartida
Carmen Cisternas extiende una invitación a pequeñas y medianas empresas, así como a startups, para sumarse a esta misión educativa. “El sector empresarial tiene una responsabilidad, y la educación de nuestros jóvenes es un desafío de país”, enfatiza. En esta línea, Cisternas recuerda las palabras de su padre: “Es mejor opinar menos y hacer más”, como un recordatorio de que las buenas intenciones deben traducirse en acciones concretas. Así, Belén Educa hace un llamado a construir una sociedad más equitativa y con oportunidades para todos, especialmente aquellos en situaciones de vulnerabilidad.
