Por Dante Giacomozzi, Investigador Pleno en Bioforest -Arauco
Muchas empresas a nivel global han ajustado sus procesos para tener operaciones más eficientes y con un menor impacto tanto social como ambiental. Sin perjuicio de ello, sería miope desconocer que para tener resultados reales se requieren cambios de base.
El consumo de agua y la emisión de gases de efecto invernadero son temas críticos que se han tomado la discusión. Las cifras son decidoras: estamos en una situación de sequía que se extiende ya por 15 años y si el mundo sigue la tendencia actual, las emisiones globales de GEI alcanzarían los 6 mil millones de toneladas de CO2 para 2030, lo que nos aleja del objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5°C.
Ambos temas impactan directamente en el cambio climático y, en ese contexto, es urgente impulsar conversaciones que lleven hacia soluciones reales. No es una tarea fácil, pero sabemos que la ciencia e investigación son la respuesta.
Como parte del Consorcio Emission Free Pulping, programa liderado por los principales centros de investigación del área forestal de Escandinavia, nos propusimos generar conocimiento necesario para revisar de forma crítica los procesos actuales y sentar las bases para el desarrollo de nuevos que permitan – entre otras cosas – hacer un uso más eficiente de la madera, disminuyendo el uso de agua fresca en los procesos productivos y reducir o eliminar las emisiones aéreas.
Aquí no basta con aplicar tecnología avanzada. Se requiere volver a la base e idear nuevos procesos que respondan a una gestión más eficiente, sin bajar el estándar del material que desarrollamos de cara a los productos y que sea aplicable a escala mundial para poder responder al nivel de producción que hoy tiene la industria.
Esa es la tarea que tenemos las empresas globales y en la que estamos trabajando junto a centros de investigación y universidades pioneras a nivel mundial, buscando acelerar la renovación de la industria forestal y celulosa.