La tasa de ocupación de la población mayor había crecido del 28% al 36% entre 2010 y 2019, sin embargo, se redujo drásticamente a un mínimo histórico del 27% durante la pandemia, según datos de la Encuesta Nacional de Empleo.
El reporte N°32 “Empleo formal después de la edad legal de jubilación ¿una realidad minoritaria?” del Observatorio del Envejecimiento UC-Confuturo, analiza la realidad nacional del empleo en las personas mayores, luego de la edad legal de jubilación. Esto, en un contexto marcado por el envejecimiento progresivo de la población.
El nuevo reporte del Observatorio del Envejecimiento UC-Confuturo analiza las cifras de la Encuesta Nacional de Empleo (ENE) durante el periodo que va del año 2010 al 2023, específicamente en lo que respecta a la participación de las personas mayores de 60 años en la población ocupada, la cual ha crecido 8,8% en los últimos 13 años, completando así un 12,7% del total de ocupados hoy en día.
Para el trimestre junio-julio-agosto de 2024, hay más de un millón de personas mayores de 60 laboralmente activas, sin embargo, esta mayor participación laboral de personas mayores no se da en iguales proporciones entre el empleo formal e informal, si se compara con los otros rangos etarios.
Al analizar el período que va entre los años 2019 y 2024, según la ENE, las tasas de ocupación informal tienden a ser menores al 30% para el caso de población entre 50 y 59 años, mientras que, para personas entre 60 y 64 años, ésta aumenta a un 34%. Luego de los 65 años este índice alcanza un 53%, y aumenta a 63% para el caso de los mayores de 70 años.
El empleo informal corresponde a todo trabajo remunerado, tanto autoempleo como empleo asalariado, que no esté registrado, regulado o protegido por marcos legales o normativos, así como también trabajo no remunerado llevado a cabo en una empresa generadora de ingresos. Es decir, las personas en la medida que envejecen se ven expuestos a empleos de peor calidad.
El gerente general de Compañía de Seguros Confuturo, Christian Abello, comenta que “parte de nuestro compromiso con contribuir a mejorar el bienestar y la calidad de vida de las personas mayores del país, tiene que ver con promover espacios para que el talento senior siga estando presente en la organización, dado el valor que brindan en términos de experiencias y conocimientos, así como también en el bienestar de quienes deciden mantenerse activos laboralmente. Y conocer la realidad que existe respecto a este tema con una mirada centrada en las personas 60+, creemos que es fundamental para promover tanto en el mundo público como privado, mayores y mejores alternativas respecto a esta temática”.
En la misma línea, Macarena Rojas, directora de gestión del Observatorio del Envejecimiento UC-Confuturo, explica que “viéndolo desde una mirada regional, las mayores tasas de ocupación laboral luego de la edad legal de jubilación se registran en la Región de Aysén con un 41%, mientras que la menor se encuentra en Los Lagos con 17%. Para ocupados informales, La Araucanía mantiene la mayor tasa de ocupación informal luego de la edad legal de jubilación con un 60%, mientras que Magallanes presenta solo 33%. A su vez, Los Ríos y Metropolitana cuentan con las tasas más altas de desempleo, con 7% y 6% respectivamente.”
De acuerdo con el reporte, en general, en Chile, la mayor proporción de personas ocupadas informalmente después de la edad legal de jubilación corresponde a mujeres, con un nivel educativo medio-bajo y que reside en zonas rurales.
En el caso de las mujeres, la caída en la formalidad se detecta luego de la edad legal de jubilación, en los grupos etarios posteriores a los 60 años, ya que, si el 69% de las mujeres entre 55 y 59 años ocupadas lo hacen de manera formal, para aquellas entre 60 y 64 años este cae al 54%. Y solo el 36% de las ocupadas de 70 años o más, lo hacen en empleos formales.
El informe además explica que, según evidencia internacional, la decisión de mantenerse activo laboralmente después de la edad de jubilación está influenciada por factores socioeconómicos, de salud y trayectoria laboral previa, sin embargo, en contextos de alta informalidad laboral como en Chile, esta decisión también se ve marcada por la precariedad y la falta de oportunidades en empleos de calidad, repercutiendo en la seguridad económica de los individuos como en la sostenibilidad de los sistemas de protección social.