Conversamos con María José Domínguez, Directora Ejecutiva de Fundación Kennedy, quien destaca la importancia de proteger los humedales para enfrentar el cambio climático y preservar la biodiversidad. Con 20 años de trayectoria, la fundación trabaja en todo Chile promoviendo proyectos de conservación y concientización.
Este año, Fundación Kennedy cumple dos décadas de trabajo incansable en la protección de los humedales de Chile. Desde Tarapacá hasta Magallanes, su labor se ha centrado en la conservación de estos ecosistemas, fundamentales no solo para la biodiversidad, sino también para la adaptación al cambio climático. “Los humedales son un elemento crucial para la sostenibilidad del planeta y la vida humana. Su desaparición representa una amenaza para nuestra propia supervivencia”, explica María José Domínguez.
La importancia de los humedales
Para muchos, los humedales son un concepto poco conocido. Domínguez aclara que “un humedal es cualquier cuerpo de agua continental, incluyendo el borde costero, hasta los seis metros de profundidad”. Además, agrega que estos espacios son esenciales para la biodiversidad, ya que albergan el 40% de todas las especies del planeta. “Sin humedales, especies icónicas como el fiu o el siete colores desaparecerían”, recalca.
Principales proyectos y amenazas
Uno de los pilares de Fundación Kennedy es el desarrollo de proyectos de conservación, entre ellos la protección de un humedal en el desierto de Antofagasta. Sin embargo, los riesgos que enfrentan son múltiples. “En Chile y el mundo, los humedales están desapareciendo a un ritmo alarmante. La urbanización, el drenaje y la explotación de sus recursos están devastando estos ecosistemas”, advierte Domínguez. A pesar de estos desafíos, la fundación también trabaja asesorando a comunidades y empresas para mejorar sus operaciones sin afectar los humedales.
Aunque reconoce que en Chile se ha avanzado en la protección de humedales, Domínguez es clara en que aún queda mucho por hacer. “Hay demasiadas instituciones públicas asociadas a los humedales, lo que dificulta la gestión y los procesos burocráticos”, señala. La falta de una coordinación efectiva entre los diferentes actores impide un avance más rápido y efectivo en la conservación.
Conciencia y educación: claves para la protección
Domínguez insiste en que la clave para cuidar los humedales es la educación y la participación de todos. “Es fundamental que las personas entiendan que pueden marcar una gran diferencia. Cosas tan simples como evitar el ingreso de mascotas o vehículos, y reducir el ruido cerca de los humedales, pueden ayudar a preservar estos espacios”, comenta.
En este sentido, iniciativas como el Concurso de Fotografía de Fundación Kennedy buscan generar conciencia y visibilizar la belleza de los humedales, al mismo tiempo que se muestran las amenazas que los acechan. “A través de la mirada de los participantes, hemos logrado capturar la esencia de estos ecosistemas y la urgencia de protegerlos”, afirma Domínguez.
Colaboración y futuro
Para enfrentar los retos de la conservación, Fundación Kennedy ha adoptado un enfoque colaborativo que involucra a comunidades, gobiernos y empresas. “La colaboración es fundamental. Los recursos son limitados, pero juntos podemos lograr una mayor visibilización y acción en torno a la protección de los humedales”, destaca.
A medida que la fundación avanza, Domínguez tiene claro que los desafíos seguirán aumentando. “Seguir visibilizando los humedales y lograr una conservación efectiva de estos espacios es una tarea que requiere del esfuerzo de todos”, concluye.