65% de las organizaciones de la Sociedad Civil declara contar con una estrategia de financiamiento clara, mientras que 59%, no cuenta con recursos financieros- como ahorros o inversiones- independientes a la generación de ingresos operacionales, de acuerdo a los datos de la herramienta de autoevaluación diseñada por el programa FondoAFondo y CoMov.
En el Centro de Filantropía e Inversiones Sociales (CEFIS) de la Universidad Adolfo Ibáñez, fueron presentados los resultados de la herramienta de autoevaluación de la sostenibilidad financiera diseñada por FondoAFondo, programa pionero en Chile que busca maximizar el impacto social de la filantropía a través del apoyo a en este ámbito a las organizaciones de la sociedad civil.
En el evento, participaron representantes de cada una de las instituciones que promueven el programa: Fundación Olivo, Fundación Avina, Fundación Dinero y Conciencia, Fundación Colunga, Fundación El Sauce, y Comunidad de Organizaciones Solidarias. En tanto, asistieron como panelistas invitadas: Gabriela Boyer, líder regional de la Fundación Interamericana (IAF) en iniciativas de filantropía comunitaria y representante de la IAF para Chile y Uruguay; y Jessica Mahan, encargada de la División de Cooperación Público Privada del Ministerio de Desarrollo Social y Familia. Además estuvieron presentes los representantes del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), del Centro de Filantropía e Inversiones Sociales (CEFIS) y de la Fundación Mis Talentos, quienes formaron parte del Comité Técnico que apoyó el desarrollo de la herramienta.
FondoAFondo se realiza considerando que la experiencia, trayectoria y perspectiva de las organizaciones de la sociedad civil (OSC), las sitúa en una posición clave para atender a los problemas sociales del país. “Estamos muy orgullosos de poder ofrecer esta herramienta y estos datos para la sociedad civil chilena, que creemos que será un gran avance para la sostenibilidad financiera de las OSC, ya que existe muy poca información que pueda ayudar a las fundaciones a entenderla y mejorarla”, destacó la directora ejecutiva de FondoAFondo, Pía Turner.
Principales resultados de la Autoevaluación
Los datos presentados fueron levantados a través de la herramienta diseñada por la consultora CoMov y FondoAFondo, gracias al apoyo de la Fundación Interamericana, para contribuir a que las OSC puedan identificar y reflexionar sobre aspectos clave de su sostenibilidad financiera. A partir de los resultados obtenidos se busca crear conciencia en las organizaciones de la sociedad civil sobre la importancia de tener y fortalecer las estrategias de sostenibilidad financiera.
Entre los resultados que arrojó el estudio, está que el 45% considera que las redes de la organización tienen una alta dependencia de sus principales representantes para atraer recursos (directorio, altos ejecutivos). Por su parte, el 65% de las organizaciones declara contar con una estrategia de financiamiento clara, de las cuales un 57,1% se preocupa de medir la efectividad de su estrategia de financiamiento.
En tanto, la mayoría de las organizaciones (59%) no cuenta con recursos financieros como ahorros o inversiones, independientes a la generación de ingresos operacionales. Las que sí cuentan con estos mecanismos (40%), utilizan estos fondos con el objetivo de minimizar riesgos principalmente (reserva para contingencias y cubre déficit operacional anual). Además, los fondos públicos son señalados como la fuente de financiamiento que más disminuyó en el 2023 (22%).
Al consultar sobre la posibilidad de financiar los costos del 2023, 4 de cada 10 OSC
declara que no contó con ingresos suficientes. Para cubrir las diferencias, las OSC en esta situación tuvieron que utilizar recursos propios (44%), ahorrar (35%), disminuir de costos (24%) y endeudarse (20,9%).
Hans Rosenkranz, director ejecutivo de la Comunidad de Organizaciones Solidarias, planteó que “estos resultados son fundamentales para entender la sostenibilidad financiera de las organizaciones de la sociedad civil y, lo que es aún más importante, para identificar áreas clave donde podemos seguir fortaleciendo su trabajo. Creemos que el impacto duradero solo es posible con una sostenibilidad continua, por lo que es fundamental desarrollar nuevos conocimientos y técnicas. Por eso, estamos comprometidos en compartir estos aprendizajes y herramientas, de manera que puedan integrarse en la gestión diaria, contribuyendo así a su desarrollo sostenible a largo plazo”.
La herramienta de autoevaluación también dio cuenta que las OSC tienen propósito claro, pero es necesario avanzar en el conocimiento y valoración de su actividad por parte de donantes actuales y potenciales, para lo cual es clave medir resultados y comunicarlos.
Entre los factores de riesgo que detectó el estudio se encuentran: la baja capacidad de las OSC de innovar a través de sus recursos financieros, entendiendo que su foco está puesto en la minimización de riesgos; ingresos insuficientes para financiar costos y baja solvencia operacional en caso de no contar con recursos adicionales; alta concentración de ingresos desde una sola fuente con prevalencias de fondos públicos y fondos privados; y finalmente, barreras para atraer nuevos fuentes de financiamiento, como un equipo sin suficiente tiempo y conocimientos necesarios o falta de ingresos para llevar a cabo inversiones futuras.
“Esta herramienta evidencia que lograr una sostenibilidad financiera es un gran desafío para todas las organizaciones de la sociedad civil. Muchas se encuentran en situaciones similares y hay datos bien sorprendentes que demuestran la necesidad de que reciban apoyos como el que brinda FondoAFondo”, explicó Yael Senerman, directora ejecutiva de Olivo.
En la aplicación de esta herramienta de autoevaluación participaron 86 organizaciones cuyas temáticas principales de trabajo son “Salud” (23%) y “Educación” (22%), y en donde la población atendida corresponde principalmente a “niños, niñas y adolescentes” (40,7%) seguido de “otros” (destacando personas con discapacidad y familias en situación de vulnerabilidad). En tanto, la mayoría corresponde a organizaciones de tamaño reducido, con menos de 20 trabajadores permanentes y hasta 10 trabajadores parciales.