Conversamos con Pamela Castro, fundadora de Reparalab, quién está reinstaurando un concepto de economía circular con un proyecto que fomenta la reparación de productos, promueve empleo, educación y legislación. En esta entrevista, nos cuenta cómo un movimiento colaborativo se convirtió en una fundación que lucha contra la obsolescencia programada, dignifica a los reparadores y propone la reparación como una alternativa viable al consumo masivo.
Reparalab es un espacio de colaboración donde pymes de distintos sectores profesionales se unen para promover la reparación como una práctica de sostenibilidad y empleo. Desde sus inicios con Patagonia hasta hoy con un espacio permanente de reparadores en el Mercado Urbano Tobalaba (MUT), Pamela Castro nos habla de los desafíos, logros y el impacto de su fundación en la economía circular.
Castro comenzó su camino en el mundo de la reparación colaborando con la reconocida marca Patagonia, lo que fue clave para su desarrollo independiente. “Fue una gran ayuda y sumamente enriquecedor para salir de forma independiente al mercado”, nos cuenta. Lo que empezó como un movimiento hoy es Reparalab, una fundación que busca visibilizar la reparación desde una perspectiva integral: empleo, educación y cambios legislativos.
La misión de Reparalab va más allá de arreglar artefactos; Pamela recalca la importancia de dignificar el oficio de los reparadores. “Queremos que el reparador sea visto como un agente de cambio, que se le entregue la importancia que se merece en temas de economía circular”. Para ella, la reparación no solo es una forma de reutilizar, sino un acto que combate directamente la obsolescencia programada. Uno de sus principales objetivos es que las empresas estén obligadas a proporcionar repuestos de sus productos.
Reparalab también organiza jornadas gratuitas de reparación. Según Pamela, logran reparar el 75% de los artículos que reciben, un porcentaje que subraya el potencial de la reparación como una solución ecológica y económica. Entre los miembros de este espacio colaborativo se encuentran pymes que se especializan en reparar joyas, vestuario, electrónicos, juguetes, calzado, y más.
Además, Pamela menciona la colaboración de Reparalab con la tienda París en el programa “Juguete x Juguete”, activo desde 2010. “Dignificamos la donación”, afirma, refiriéndose al trabajo que realizan para recuperar y donar juguetes a fundaciones a lo largo de Chile.
Con siete años de experiencia, Reparalab ha generado un impacto tangible en la comunidad: jornadas de reparación, programas de colaboración y una red de más de 450 reparadores en todo Chile. Para los nuevos emprendedores y reparadores, Pamela tiene un mensaje claro: “Hay que ser perseverante, tener confianza y sobre todo colaborar con tu entorno”.
Finalmente, sobre el futuro de Reparalab, Pamela proyecta la expansión de este modelo a otros espacios, para que la reparación continúe ganándose la confianza de los consumidores. Con una mirada optimista hacia el futuro, Castro destaca la importancia de ver la reparación no solo como una forma de ahorro, sino como un beneficio para el medio ambiente y una práctica fundamental para la sostenibilidad.
