Por Hans Rosenkranz. Director ejecutivo. Comunidad de Organizaciones Solidarias
Más de seis mil doscientos treinta millones de pesos es lo que recaudó la campaña solidaria ‘Juntos, Chile se Levanta’, que se realizó en febrero para ir en ayuda de los damnificados por los terribles incendios que afectaron a la Región de Valparaíso. La cifra, aunque importante, está lejos del monto total que será necesario para reconstruir y recuperar lo perdido. Pero fue la primera respuesta, la que vino de la empatía y solidaridad de las personas, de empresas, de organizaciones que sintieron que no podían quedar indiferentes ante el dolor de otros.
Recientemente, las organizaciones que impulsamos esta campaña –Movidos x Chile (un programa de la Comunidad de Organizaciones Solidarias), TECHO-Chile y Hogar de Cristo– realizamos la cuenta pública para agradecer e informar sobre la gestión y el destino de los aportes, porque estamos convencidos de que la transparencia es imprescindible para cuidar y sostener la confianza que las personas entregan al aportar a una causa solidaria. Estamos seguros también de que mostrar el impacto de la acción conjunta nutre el espíritu solidario que caracteriza a nuestro país.
Gracias a los fondos reunidos, TECHO-Chile ha construido 886 viviendas de emergencia; Movidos x Chile entregó 30.964 kits de ayuda humanitaria en alimentación e higiene para niños, mujeres y hombres; y 4.528 personas han recibido elementos de habitabilidad de viviendas entregados por el Hogar de Cristo, como mesas de comedor, juegos de sábanas, camas, y cocinillas, entre otros.
El aporte de cada persona, de cada empresa, de cada organización fue significativo. Y así como la televisión dispuso sus espacios para realizar un programa exclusivo destinado a recaudar fondos, los bancos abrieron cuentas especiales para recibir aportes, y los rostros y artistas se sumaron rápidamente para convocar y motivar a las personas para hacer aportes de acuerdo con sus posibilidades, en todo Chile. Aunque la contribución de las empresas, tal como en otras campañas solidarias, representó una parte muy relevante de la recaudación, el aporte de las personas fue definitivo, lo que tiene un gran valor considerando que en muchas ocasiones esa donación suponía un esfuerzo especial. Y mientras la campaña transcurría, también en terreno se desplegaron las organizaciones locales de la sociedad civil junto a voluntarios, que llegaron para atender distintas necesidades, directamente.
Una mención especial merecen las personas y organizaciones que gestionaron las ollas comunes durante semanas, que fueron un pilar clave para sostener el día a día de afectados y voluntarios. Y nada de todo lo anterior podría haberse llevado a cabo sin la genuina solidaridad que mostraron, desde el primer minuto, los vecinos más cercanos. Los vecinos pusieron a disposición de los damnificados todo lo necesario para seguir adelante y fueron un valor fundamental para el apoyo emocional.
Dar cuenta de lo realizado es una práctica con la que estamos comprometidos y, por ello, también a lo largo de la campaña fuimos publicando en las redes sociales un reporte semanal. Ahora, la cuenta pública completa está disponible de manera online. Pero más allá de las cifras, nos interesa también que la comunidad conozca el valor de su aporte, porque no solo se trata de dinero, en estas cruzadas también es necesario el trabajo casa a casa, la escucha amorosa, una compañía desinteresada. Esta campaña nos vuelve a mostrar que todos tenemos algo que dar.
