Alberto Prado, Encargado de Sostenibilidad y Certificaciones, reflexionó sobre el impacto y los retos de la compañía en su primer año como Empresa B.
Compañías CIC cumplió su primer año como parte del movimiento de Empresas B, un hito que marca el inicio de una nueva etapa en su compromiso con la sostenibilidad. Alberto Prado, Encargado de Sostenibilidad y Certificaciones de CIC, destacó cómo la colaboración con Sistema B ha sido fundamental para mejorar los estándares de sostenibilidad de la empresa y abordar los desafíos de la transformación hacia un modelo de negocio más responsable.
“El trabajo conjunto con Sistema B desde un inicio ha sido un gran apoyo para mejorar nuestros estándares de sostenibilidad, identificando brechas y aplicando un camino de transformación que involucró a todas las áreas de la compañía”, explicó Prado. Durante este primer año, CIC ha centrado su enfoque en tres pilares: crecer en equilibrio con el medio ambiente, innovar para crear valor y cuidar a las personas y comunidades. Estos esfuerzos han permitido que la empresa amplifique su impacto positivo, integrándose más profundamente al ecosistema de sostenibilidad en Chile.
En este sentido, CIC impulsa iniciativas clave en torno a la economía circular, la regeneración, la transición climática, y la equidad, diversidad e inclusión. “Hoy estamos trabajando en temas que Sistema B ha sido un gran pilar de formación y vinculación, promoviendo la circularidad como una realidad viable en lo económico, que convoca a todas las empresas”, añadió Prado.
Desafíos del primer año como Empresa B
Uno de los mayores desafíos que enfrentó CIC durante su primer año como Empresa B fue lograr que todas las áreas de la empresa se sumaran activamente a la transformación. “Consideramos esencial que cada área sea parte activa de la sostenibilidad, avanzando juntos hacia un modelo de negocio más responsable”, comentó Prado. Este proceso incluyó generar una mayor conciencia sobre el propósito de la empresa y motivar a los equipos a identificar cómo sus acciones contribuyen al impacto positivo de CIC.
Durante el segundo semestre, la empresa está avanzando en un nuevo análisis de materialidad, un compromiso clave como Empresa B. “Este proceso de escucha y diálogo con nuestras partes interesadas, tanto internas como externas, nos permitirá actualizar nuestra estrategia de sostenibilidad, atendiendo a las expectativas actuales para seguir mejorando el triple impacto de CIC”, señaló Prado.
El valor de la interdependencia y la colaboración en red
La pertenencia al movimiento de Empresas B brinda a CIC la oportunidad de colaborar y aprender de otras empresas comprometidas con el desarrollo sostenible. “Un aprendizaje clave ha sido reconocer la importancia de la interdependencia, un pilar del Movimiento B que valora las alianzas y el trabajo conjunto”, destacó Prado.
Uno de los momentos más significativos para la empresa fue su participación en el Encuentro Nacional de Empresas B, donde CIC tuvo la oportunidad de compartir sus avances en acción climática y circularidad. “Nos motiva enormemente poder compartir la experiencia de grandes programas como el reciclaje de camas y colchones, el compostaje en nuestra planta de muebles y la innovación en packaging circular, con el objetivo de inspirar a más empresas a avanzar en estos temas”, finalizó.