La perseverancia: un músculo que se entrena

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Por Daniela Baytelman, CEO de easycancha.

Pasada la fiebre de los Juegos Olímpicos de París 2024, reflexiono sobre las lecciones que los deportistas nos dejan a quienes transitamos el camino del emprendimiento. Estos atletas han dedicado años a un riguroso entrenamiento, enfrentando obstáculos y sacrificios para llegar hasta aquí. Al igual que ellos, los emprendedores debemos entrenar un músculo esencial: la perseverancia.

La emoción que sentimos al ver a un chileno subirse al podio es indescriptible. Sabemos que detrás de cada medalla hay incontables horas de entrenamiento, dolor y sacrificio. Para nosotros, los emprendedores, cada pequeño logro en nuestro negocio es similar a una medalla. Cada contrato firmado, cada cliente satisfecho, es el resultado de nuestra perseverancia diaria.

Manteniendo esta analogía, no existen olimpiadas para los emprendedores, no hay fechas ni medallas. Nuestra competencia es constante, nuestra meta es mantenernos en el juego y mejorar cada día. La perseverancia se convierte en nuestro mejor aliado para enfrentar los desafíos diarios: desde conseguir financiamiento hasta lidiar con el agotamiento mental y físico.

Los atletas pasan horas entrenando y perfeccionando sus habilidades. Los emprendedores debemos hacer lo mismo con nuestra perseverancia. Cada obstáculo que enfrentamos y superamos nos fortalece. No es un proceso fácil ni rápido, pero con el tiempo se convierte en una herramienta invaluable para alcanzar nuestras metas.

La resiliencia es una cualidad compartida. Ambos enfrentamos adversidades, realizamos sacrificios y mantenemos un enfoque inquebrantable en nuestros objetivos. La diferencia es que, mientras los atletas tienen un podio y una medalla, los emprendedores medimos nuestro éxito en términos de crecimiento e impacto.

Es crucial entender que la perseverancia no es innata, se desarrolla con la práctica constante. Cada vez que enfrentamos un fracaso y decidimos levantarnos, cada vez que lidiamos con una crítica constructiva y seguimos adelante, la estamos entrenando. Es esta cualidad la que nos permitirá transformar nuestras ideas en realidades y nuestros sueños en éxitos tangibles.

Así como el trabajo duro y la determinación llevan a los deportistas a la gloria olímpica, la perseverancia en el emprendimiento nos puede llevar a alcanzar nuestras propias metas, por más desafiantes que parezcan. Ambos caminos requieren un compromiso continuo con la excelencia y la capacidad de seguir adelante, incluso cuando la ruta se vuelve desafiante.

La perseverancia es un músculo que se entrena cada día y solo la constancia lo desarrolla. Y es algo diario, incluso en las cosas más pequeñas de la vida como practicar tu deporte favorito, hacer la cama o cualquier actividad del día a día. Entre antes partas entrenándolo, más preparado estarás para llevar tu negocio al siguiente nivel.

A todos los emprendedores allá afuera, les digo: sigamos adelante, superando cada obstáculo, con la firme convicción de que nuestro esfuerzo será recompensado.

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