Por Boris Muñoz, gerente de Marketing de Defontana
La metodología de contratación basada en habilidades, potenciada por la Inteligencia Artificial, está comenzando a ganar terreno en las empresas a nivel país. Este enfoque permite identificar talentos excepcionales que no siempre son detectados mediante pruebas tradicionales o evaluaciones académicas.
La IA analiza un conjunto más amplio de datos, incluyendo competencias prácticas, experiencias y capacidades individuales, lo que permite encontrar candidatos que pueden aportar un valor significativo, independientemente de sus credenciales académicas.
Esta metodología no solo combate el academicismo, sino que también democratiza el acceso a oportunidades laborales, promoviendo la diversidad y la inclusión en el lugar de trabajo. Si bien aún no es la norma en todas las empresas, cada vez más organizaciones están reconociendo sus beneficios y comenzando a implementarla, abriendo así un camino hacia una contratación más justa y eficaz.
Asimismo, en la era de la Inteligencia Artificial, uno de los principales desafíos es la necesidad de adquirir y actualizar constantemente habilidades técnicas y digitales, ya que la demanda de competencias en áreas como el análisis de datos, la programación y la gestión de tecnologías emergentes está en constante crecimiento.
Además, deben adaptarse a un entorno laboral que valora cada vez más las habilidades blandas, como la creatividad, la resolución de problemas y la capacidad de trabajar en equipo, habilidades que la IA aún no puede replicar plenamente.
Otro desafío es la competencia global, ya que la digitalización permite a las empresas buscar talento en cualquier parte del mundo, lo que aumenta la competencia por los puestos de trabajo.
Finalmente, los jóvenes deben aprender a navegar en un mercado laboral en transformación, donde la automatización y la IA pueden reemplazar ciertos roles tradicionales, obligándolos a ser flexibles y a estar preparados para roles emergentes y nuevas oportunidades.