Este sábado 7 de septiembre, se realizará el cambio de hora, adelantando los relojes en 60 minutos para dar inicio al horario de verano. Este ajuste puede tener importantes repercusiones en la salud, más allá de “perder una hora de sueño”.
Efectos del cambio de hora en la salud
El cambio de hora puede provocar una serie de efectos en el organismo debido a la alteración de los ritmos circadianos. Entre los efectos más destacados se encuentran:
- Dificultades para Dormir: La alteración en el ciclo de luz natural puede desajustar el reloj biológico, generando insomnio y reduciendo la calidad del sueño.
- Riesgos Cardiovasculares: Estudios han señalado un aumento en la incidencia de infartos y accidentes cerebrovasculares después del cambio de hora, debido al estrés que supone la adaptación a un nuevo horario.
- Debilitamiento del Sistema Inmunológico: La falta de sueño puede debilitar las defensas del cuerpo, aumentando la vulnerabilidad a enfermedades y alergias.
- Impacto en el Rendimiento Diario: La modificación en el horario puede afectar la concentración y la memoria, reduciendo el rendimiento en las actividades cotidianas.
¿Vale la pena el cambio de hora?
Cada vez más países están cuestionando la utilidad del cambio de hora. Los beneficios en ahorro energético no parecen justificar los efectos adversos en la salud. El consumo de energía por la mañana y el uso intensivo de aire acondicionado en las tardes podrían contrarrestar cualquier ahorro.
Recomendaciones para adaptarse al cambio de hora
Para mitigar los efectos del cambio de hora en la salud, María Francisca Lam, Psicóloga y jefa de gestión de Salud Mental de Achs Salud, recomienda:
- Mantener una rutina de sueño constante: Despiértate y acuéstate a la misma hora todos los días, incluso durante el fin de semana.
- Exponerte a la luz solar: Procura estar al aire libre al menos una hora diaria para regular tu reloj biológico.
- Crear un ambiente de sueño ideal: Mantén tu dormitorio oscuro, silencioso y libre de distracciones.
- Ejercicio regular: Realiza actividad física de manera regular, evitando ejercicios intensos justo antes de dormir.
- Horarios regulares para comer: Cena al menos dos horas antes de acostarte y sigue un horario regular para todas las comidas.
- Limitar líquidos antes de dormir: Para evitar interrupciones durante la noche.
- Evitar pantallas antes de dormir: Limita el uso de dispositivos electrónicos al menos una hora antes de acostarte o activa el modo nocturno para reducir la exposición a la luz azul.
- Practicar actividades relajantes: Si no puedes dormir, levántate y realiza una actividad relajante hasta que sientas sueño nuevamente.
Adoptar estas prácticas puede facilitar la transición al horario de verano y minimizar los riesgos asociados al cambio de hora.
