Por Tomás Charles, CEO de Fraccional.cl
El cambio climático ya no es una amenaza abstracta, es una realidad y al considerar la compra de una propiedad, ya sea para vivir o invertir, rara vez le damos al clima la importancia que merece. Nos enfocamos en encontrar un buen barrio, negociar el precio y calcular la cuota del crédito, pero ¿qué sucede si un día nuestra propiedad es arrasada por una inundación o un incendio forestal?
Los ejemplos sobran. Las inundaciones protagonizadas por un sistema frontal hace un mes en gran parte del territorio nacional evidenciaron nuevas catástrofes naturales, incluyendo desbordes de ríos. Le sigue el temporal que dejó por semanas a personas sin suministro eléctrico y de agua. En 2023, el fenómeno del Niño provocó lluvias torrenciales, inundaciones y deslizamientos de tierra en países como Perú, Bolivia y Chile. Lo que alguna vez fue considerado una anomalía ahora es una tendencia creciente, que parece destinada a continuar.
El impacto del cambio climático en el sector inmobiliario es inevitable porque las propiedades están ancladas a su ubicación. No podemos simplemente mudarlas a un lugar más seguro cuando el clima se vuelva hostil. Aquí radica el verdadero desafío: debemos pensar no solo en el presente, sino en cómo serán esas zonas en las próximas décadas. ¿Estamos realmente preparados para tomar decisiones inmobiliarias con esta perspectiva?
Y es que debemos aclarar que el cambio climático no es solo calentamiento, también incluye más frío, más lluvia, más vientos, más calor, más sequía, etc. Un estudio de la Organización Internacional del Trabajo arroja luz sobre cómo el aumento de temperaturas ya está afectando la vida diaria. Para 2030, las proyecciones indican que se perderá al año el equivalente a más del 2% del total de horas de trabajo en todo el mundo y, según la OMS, entre 2030 y 2050, se espera que el cambio climático cause aproximadamente 250.000 muertes adicionales. Estos datos son una advertencia que no podemos ignorar.
Es hora de ser realistas: el cambio climático es un factor decisivo en la inversión inmobiliaria. Si seguimos haciendo caso omiso, el precio a pagar será alto, y no solo en términos financieros. Las políticas “verdes” avanzan con lentitud, mientras el clima no espera. Y aunque algunos lugares serán más golpeados que otros, todos estamos en la misma tormenta.
Si estás considerando invertir en propiedades, no basta con mirar el barrio o el precio. Identifica los riesgos climáticos de la zona y toma decisiones informadas. Proteger tu inversión es más que una cuestión económica; es una apuesta por el futuro en un mundo cada vez más incierto.