La revolución de las tecnologías limpias: Una gran oportunidad

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Por Daniel Vercelli, cofundador y managing partner de Manuia Consultora, director de empresas

En un momento donde el cambio climático es una preocupación creciente, las noticias que vienen del mundo de las tecnologías limpias en energía son buenas señales. De hecho, un reciente informe de RMI denominado “The Cleantech Revolution”, nos muestra que la tecnología limpia (o “cleantech”) está avanzando rápidamente y puede cambiar el mundo para mejor ayudando al medio ambiente y al mismo tiempo, ofreciendo grandes oportunidades económicas.

Avances y reducción de Costos

Las proyecciones del informe son impresionantes. Para 2030, se instalarán en el mundo  1,000 gigavatios de energía solar al año y se venderán 6,000 gigavatios-hora de baterías anualmente, en línea con los objetivos comprometidos por los países en la última COP 28, como triplicar la capacidad renovable, duplicar las tasas de electrificación y aumentar la eficiencia energética a más del 3% anual. 

En la última década, los costos de generación solar han disminuido en un 80%, y los costos de la energía eólica también han seguido una tendencia similar, haciéndolas competitivas frente a las fuentes de energía convencionales. Estos avances tecnológicos han permitido un despliegue masivo de estas fuentes renovables a nivel mundial.

El declive de los combustibles fósiles y las oportunidades para el sector privado

Estamos observando los peaks de consumo en varias formas de energía basada en combustibles fósiles. Por ejemplo, la demanda de carbón en China alcanzó su punto máximo en 2013, y en India, se espera que el carbón toque su punto máximo en esta década. El consumo de petróleo en los países de la OCDE está en descenso desde 2005, mientras que la demanda global de gas natural muestra signos de estancamiento.

Estas tendencias indican que una parte significativa de la infraestructura de combustibles fósiles está en riesgo de convertirse en activos varados. Las implicancias de este cambio son profundas: industrias enteras que han dominado el paisaje energético durante más de un siglo están siendo desafiadas por tecnologías más limpias y eficientes.

El sector privado tiene una oportunidad sin precedentes para liderar esta revolución tecnológica. Las inversiones en tecnologías limpias han aumentado casi diez veces en la última década a nivel mundial, y el despliegue de generación renovable (en particular solar), y almacenamiento de baterías tienen el potencial de contribuir a que esta tecnología supere a todas las demás formas de capacidad de generación.

Algunas áreas claves que son crecientemente atractivas para empresas y organizaciones son el ya conocido financiamiento de proyectos renovables de energía solar y eólica tanto a gran escala como a nivel domiciliario en el caso solar, que ofrecen rendimientos atractivos y a largo plazo cuando están respaldados por marcos regulatorios claros y cada vez más favorables en muchos países. También la electromovilidad es una gran opción, ya que la adopción de vehículos eléctricos para transporte público y privado no solo reduce emisiones de carbono, sino que también representa beneficios económicos en el tiempo. Se proyecta que las ventas de vehículos eléctricos se multiplicarán por diez para 2030, lo que generará una gran demanda de infraestructura de carga y componentes avanzados, como las baterías.

La inversión en tecnologías de almacenamiento, como baterías de iones de litio y las emergentes tecnologías de almacenamiento de energía a largo plazo, son fundamentales para estabilizar las redes eléctricas y aumentar la adopción de fuentes renovables. En tanto, la  eficiencia energética y la electrificación permiten financiar proyectos que aumenten la eficiencia energética en edificios y procesos industriales al tiempo que disminuyen los costos operativos. La electrificación de sectores tradicionalmente dependientes de combustibles fósiles, como el transporte y la calefacción, es otra área emergente y con creciente desarrollo tecnológico.

Llamado a la acción

Para acelerar esta transición y maximizar el impacto positivo, es crucial que el sector financiero actúe ahora. La inyección de capital en proyectos de tecnología limpia no solo permitirá avanzar hacia un futuro energético sostenible, sino que también proporcionará retornos financieros significativos. Las barreras existentes, como la volatilidad de los precios de los combustibles fósiles y las incertidumbres regulatorias, son superadas por los beneficios a largo plazo de la inversión en energías renovables y tecnologías limpias.

El sector financiero tiene un papel fundamental que desempeñar en esta transformación. Al invertir en tecnologías limpias y proyectos de eficiencia energética, toma un rol activo en acelerar la descarbonización y promover un crecimiento económico sostenible. 

La revolución de las tecnologías limpias nos presenta una oportunidad única para transformar nuestro sistema energético, combatir el cambio climático y fomentar un crecimiento económico sostenible. El sector financiero puede y debe ser un motor de esta transformación, invirtiendo en las tecnologías del futuro y liderando el camino hacia un mundo más limpio y próspero. Invertir en tecnologías limpias no solo es una estrategia inteligente para asegurar retornos financieros a largo plazo, sino que también es un imperativo moral para garantizar un planeta habitable para las futuras generaciones.

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