Por Daniela Araya, Talent Strategy en Mercer Chile.
Cada año, ante una nueva conmemoración del Día Internacional del Orgullo LGBT+, resuenan los términos diversidad, equidad e inclusión (DEI). En este contexto, la pregunta que toda organización, y también cada uno de nosotros, debe hacerse es si estos conceptos los estamos aplicando de manera continua o solo se destacan en fechas y eventos específicos.
Este punto nos invita a reflexionar y comprender que el éxito organizacional y el sentido de pertenencia por parte de los colaboradores, son pilares fundamentales para crear un entorno laboral próspero. Por ello, una sólida Propuesta de Valor para los Empleados (PVE), que incluya políticas DEI, no solo es importante para atraer y retener talentos, sino que también para promover un entorno donde cada colaborador pueda sentirse valorado, respetado, con espacio para desarrollar de manera óptima sus habilidades y pueda ser quien es en su lugar de trabajo sin tener que usar máscaras o caretas.
La experiencia del trabajador debería ser una prioridad en las organizaciones. Es momento de que las empresas tomen medidas y se hagan cargo de analizar su entorno a través de la escucha al colaborador, ya sea con encuestas, focus group o las herramientas que tengan a disposición para analizar los datos que permitan detectar áreas de mejora en la madurez organizacional y en materia de diversidad, equidad e inclusión, así como también en su oferta de Valor al Empleado.
Las acciones destinadas a impulsar y promover una cultura diversa, equitativa e inclusiva deben fomentarse y vivirse durante los 365 días del año, en todos los ámbitos de la vida cotidiana. Estamos convencidos de que juntos, podemos crear lugares de trabajo donde la diversidad y la inclusión sea una constante en el ADN de la organización, elevando así la experiencia del empleado y, por ende, el éxito organizacional.