Por Andrea Ramos, vicepresidenta de Adaptación Climática de Kilimo
Cuando se trata de impulsar acciones colaborativas que benefician a las personas y al planeta, es fundamental la forma en la que invitamos a distintos actores a hacerse parte de esta gran tarea. También lo son las palabras que empleamos para convocar, ya que a través de ellas creamos realidades.
Por eso, este 17 de junio, donde se conmemoró el Día de la Lucha Contra la Desertificación y la Sequía, quisimos traer a la mesa el concepto ‘agua-positivo’, haciendo hincapié en el compromiso que están adquiriendo las empresas y organismos para devolver al medio ambiente más agua de la consumida en sus procesos. Por lo hiperlocal del agua y su consumo, el compromiso con ser agua-positivo conlleva la necesidad de trabajar en conjunto con todos los actores de la comunidad para alcanzar un futuro resiliente y sostenible.
Los casos públicos de empresas que están trabajando para ser ‘agua positivos’ implementando prácticas innovadoras son grandes historias de inspiración que deseamos puedan inspirar a otras compañías a sumarse a esta acción colectiva. El esfuerzo por conectar con actores diversos no sólo es enriquecedor, sino que muestra un verdadero compromiso con la comunidad y su desarrollo.
Y es que al hablar de acciones para mitigar la escasez hídrica, no podemos pensar en actuar solos. Trabajar para cuidar las cuencas más estresadas requiere de educación y esfuerzos coordinados con gobiernos, instituciones financieras y universidades. Todos los involucrados debemos tener presente que sin agua, no existe desarrollo humano, medioambiental y empresarial posible, y si queremos tener un futuro con agua disponible para las comunidades y ecosistemas, la agricultura es nuestra principal aliada.
Trabajar en conjunto con los agricultores es esencial, ya que ellos dependen del agua para producir los alimentos que consumimos a diario. Además, la agricultura es el mayor usuario de agua dulce, desempeñando un papel crucial en nuestra seguridad alimentaria. En el caso de Chile, la agricultura es la industria con mayor consumo hídrico. Es importante colaborar con los agricultores para asegurar una gestión sostenible del agua que beneficie tanto a la producción agrícola como al medio ambiente. Es aquí donde vemos una gran oportunidad y una responsabilidad de todos los actores para acercarles más que una solución hídrica, proyectos de acción climática que los involucren y acompañen en su transición a modelos de riego cada vez más eficientes. Esta acción coordinada con agricultores y empresas de todos los sectores, bajo el propósito de lograr un futuro con agua disponible, permite abordar el problema de la escasez hídrica de forma integral y escalable
Los expertos afirman que la demanda mundial de agua dulce aumentará de forma progresiva. Mientras más proyectos se generen para unir a los actores de una misma cuenca con el objetivo de cuidarla, mayores serán las opciones de satisfacer las demandas de salud, seguridad y sostenibilidad. Y para las empresas, llegar a ser “agua-positivas” significa un avance concreto en los Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados con el agua, la sostenibilidad, la educación y el impacto en las comunidades.
Que este 17 de junio nos muestre todo lo que hemos hecho para mitigar los impactos del cambio climático requiere de una mentalidad proactiva y que podamos trabajar en dar vuelta la balanza, devolviendo al medio ambiente más agua de la consumimos. Trabajemos juntos para lograr un futuro agua-positivo.