Desde la restauración y conservación de suelos: “Los emprendimientos que quieren combatir la crisis medioambiental”

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ENEL
NESTLÉ
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En un mundo cada vez más consciente de la crisis medioambiental, los emprendimientos están tomando un rol protagónico en la restauración y conservación del suelo. Dos casos ejemplares de este esfuerzo son los proyectos liderados por Álvaro Pineda y Nicolás Corral, quienes, con sus negocios, Sr Compost y Symbiotica, respectivamente, están marcando una diferencia significativa en la lucha por un planeta más sostenible.

Nicolás Corral es Ingeniero Civil Industrial, con mención en Medio Ambiente, y el año 2019, inició con un proyecto inusual para la época: desarrollar bosques con la técnica Miyawaki. Un tipo de reforestación que fomenta la regeneración natural de los bosques, y que genera que las plantaciones que realizan crezcan muy rápido en comparación a las normales.

Además. Nicolás agrega que esta técnica tiene un “potencial tremendo para hacer restauración socioecológica en zonas urbanas, integrando  a la comunidad para que esta aprenda sobre este tema, y ver como crece este bosque crece y se desarrolla”.

Con el tiempo, se ampliaron a la restauración de suelos urbanos trabajando con diferentes municipios y CONAF, además de abrirse a la asesoría en restauración ecológica. Actualmente, sus principales trabajos se encuentran en las obras de conservación agua y suelo, las cuales detienen la escorrentía de la lluvia, deteniendo la erosión y dándole un espacio al agua para que se logre infiltrar en la ladera de los cerros, y así se rehidraten las napas y se pueda potenciar la vegetación existente.

“Seguimos ejecutando este tipo de proyectos y asesorías, donde han podido trabajar con Fundación Chile, el Gobierno de la Región Metropolitana y empresas importantes como Aguas Andinas, entre otros”, señala Nicolás.

A su vez, el crecimiento de su emprendimiento pasó en su participación en el campeonato Nada Nos Detiene que realiza la corporación G100. “Participamos de este espacio y nos sirvió para poder seguir puliendo nuestro modelo de negocios. Además de ganar en nuestra categoría, el premio nos sirvió para poder iniciar un vivero, el cual hemos utilizado para generar plantas  y poder usarlas en nuestros proyectos”, confiesa.

Por último, Nicolás adelanta en que para el futuro están “innovar en la narrativa del proyecto para poder venderlo con mayor sustento científico, y mostrar cómo debería realizarse la restauración ecológica”.

Sr Compost y su fundador

Álvaro Pineda trabajó por más de 15 años como arquitecto, hasta que un simple regalo cambió su vida. El 2017 le compró a un amigo una compostera, y aunque para esa época él ya reciclaba, cuando la instaló en su casa se enamoró de este proceso.

Para Álvaro, el compostaje “se puede hacer sin problemas en una casa y lo mejor de todo es que puedes experimentar visualmente lo que va pasando con el residuo orgánico. Me fascinó observar como una cáscara de plátano en pocas semanas se transformaba en algo oscuro y luego en una tierra de rico olor”.

Es por eso que a sus 41 años decidió indagar más en esto y descubrió una oportunidad de negocio enfocado en el retiro a domicilio de los residuos orgánicos. Así, para el 2018, tenía a casi 500 familias adscritas a este servicio. Con el tiempo empezó a crecer tanto que este modelo ya no era rentable, por lo que fue modificándolo para ampliar su negocio.

“Me empecé a relacionar con municipios, como los de Providencia y Ñuñoa; donde instalamos puntos Dropoff para que las personas dejaran sus residuos orgánicos de forma gratuita. En paralelo introdujimos el año 2020 el sistema Bokashi, una biotecnología japonesa que sirve para acelerar el compostaje y no tener mal olor en espacios pequeños”, explica.

Ese año 2020 la pandemia le jugó a favor, porque pudo expandir su negocio a miles de casas y también a empresas. “La gente se dio cuenta que tenía muchos residuos orgánicos al cocinar, sobre todo las empresas con procesos de elaboración. Solo el año pasado pude venderle este sistema Bokashi a la empresa IANSA en su planta de Temuco. El objetivo ahora es llegar a muchas más familias y ser también una solución simple para la industria”.

Y una de las razones de su crecimiento, ha sido el apoyo de organizaciones como G100. “G100 ha sido muy importante porque lo que nos ha faltado como empresa, al igual que a todas las Pymes, es más financiamiento y redes. En ese aspecto G100 ha sido una ventana para que la gente me escuche de manera empática, me ha servido para poder recibir consejos que han ayudado al desarrollo y pensamiento del negocio. En estos últimos dos años lo mejor que me ha pasado es el contacto con personas con mayor experiencia”, confiesa.

Para Álvaro, esa simple ayuda a un amigo le cambió su vida para siempre y anticipa que “quiero seguir en esto hasta que me muera”.

La conservación de los suelos: Una oportunidad frente a la crisis climática

Los efectos del cambio climático tienen un gran impacto en la tierra, y las modificaciones en cómo se utiliza y trata el suelo pueden influir en la velocidad del cambio climático, ya sea acelerándolo o desacelerándolo. Sin una mejora en la salud del suelo y una gestión más sostenible de la tierra, resulta difícil abordar la crisis climática, garantizar la producción adecuada de alimentos y adaptarse a un clima en constante transformación. Una solución podría residir en la conservación y restauración de ecosistemas clave, permitiendo así que la naturaleza absorba el carbono presente en la atmósfera.

De acuerdo a un informe  de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) sobre el cambio climático, impactos y vulnerabilidad en Europa, la humedad del suelo ha disminuido considerablemente en la región mediterránea y ha aumentado en partes del norte de Europa desde la década de 1950. El informe prevé efectos similares para las próximas décadas, a medida que el aumento de la temperatura media continúa y cambian los patrones de lluvia.

Además, el informe destaca que entre los impactos se encuentra la erosión del suelo, la cual puede agravarse debido a eventos climáticos extremos como fuertes lluvias, sequías, olas de calor y tormentas. Esta erosión no solo puede resultar en la pérdida de áreas de tierra, sino que también el aumento del nivel del mar puede alterar el suelo en regiones costeras o introducir contaminantes marinos, como la sal. En lo que respecta al uso del suelo, el cambio climático puede dejar inutilizables o disminuir la productividad de ciertas zonas agrícolas.

Los suelos saludables son ricos en nutrientes y biodiversidad, y podemos aprovechar sus beneficios sin comprometer estas características. Por otro lado, los suelos degradados están erosionados, contaminados y desprovistos de nutrientes, lo que requiere una gran cantidad de energía externa, principalmente de combustibles fósiles, para mantener la producción agrícola. Este excesivo consumo de energía ha contribuido significativamente al problema del cambio climático.

A su vez, los suelos desempeñan un papel crucial como reservorios de carbono, pero su degradación conduce a la liberación de carbono y otros gases de efecto invernadero a la atmósfera. Por lo tanto, los suelos saludables son esenciales para abordar la crisis climática. Es fundamental que los gobiernos consideren las opciones de mitigación y adaptación que ofrece el manejo adecuado y la conservación del suelo, en lugar de centrarse únicamente en cómo el cambio climático afectará a la industria agrícola.

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