Por Claudia Razeto, directora Programa Caletas Sustentables, Fundación Chile.
La sobreexplotación de los recursos marinos y el calentamiento global están provocando una reducción desmedida de las especies marinas. Hoy, Chile tiene más del 50% de sus pesquerías cerca del colapso, lo que se cruza con una alta vulnerabilidad social, dado que el 76 % de las caletas están en zonas rurales con altos niveles de pobreza y precariedad.
La sobreexplotación de los recursos marinos y el calentamiento global están provocando una reducción desmedida de las especies marinas. Hoy, Chile tiene más del 50% de sus pesquerías cerca del colapso, lo que se cruza con una alta vulnerabilidad social, dado que el 76 % de las caletas están en zonas rurales con altos niveles de pobreza y precariedad.
Desde la experiencia del Programa Caletas Sustentables, desarrollado por Fundación Chile desde 2019, comprobamos que la única forma de transformar la pesca artesanal es contribuir a la salud de los ecosistemas oceánicos, proporcionando mayor seguridad social y económica a las comunidades costeras. En este contexto, el instalar capacidades en quienes viven y trabajan en el territorio, permite efectivamente que las soluciones sean sostenibles en el tiempo, generando un círculo virtuoso incluso para toda la comunidad que se desenvuelve en torno a la actividad.
Hasta la fecha, los más de 13 proyectos implementados entre las regiones de Aysén y Antofagasta dan cuenta de la conciencia que existe entre la mayoría de las y los pescadores sobre la disminución en la disponibilidad de recursos en el mar y de lo necesario que es generar un cambio en la actividad, para asegurar la subsistencia del oficio para las próximas generaciones.
Concretamente, es fundamental impactar desde 3 líneas de acción; Instalando modelos de desarrollo colaborativo entre diversas organizaciones públicas y privadas, incorporando a las comunidades locales como eje central. El segundo, y desde el enfrentamiento a los efectos del cambio climático, impulsando prácticas pesqueras que promuevan el resguardo y/o recuperación de especies comerciales sensibles, y finalmente, fomentando la producción sostenible aumentando la eficiencia productiva y comercial.
En esta misma línea, es que al año 2030 el programa seguirá sumando comunidades costeras a la iniciativa, además de abordar acciones que apuntan a nuevos desafíos como el mejorar las condiciones de comercialización de los recursos pesqueros, fortalecer la oferta y potenciar modelos asociativos para el uso de infraestructura y equipamiento en caletas; entre otros.