El Vivero Reforestemos, el más innovador de la Patagonia, destinado únicamente a la producción de árboles nativos, cuenta con tecnologías de vanguardia que permiten producir plantas aptas para llevar a proyectos de restauración en terreno en un tiempo reducido.
Tras ocho meses desde la inauguración oficial del tecnológico Vivero Reforestemos, en la comuna de Coyhaique, se llevó a cabo un hito en la restauración del ecosistema de la región: la primera plantación de árboles nativos producidos en este vivero, que contienen el mismo material genético de la zona. Esta iniciativa es el fruto de la colaboración entre el mundo público y privado, donde Fundación Reforestemos lidera el proyecto y cuenta con la colaboración de distintos socios estratégicos, como la Ilustre Municipalidad de Coyhaique.
Equipado con tecnología de vanguardia, el Vivero Reforestemos es una iniciativa única de producción de plantas nativas destinadas a la restauración de la zona austral que responde al déficit de producción de plantas en la Patagonia, una realidad alarmante que pone en riesgo la valiosa y exclusiva biodiversidad del pulmón verde de la región. La ceremonia, contó con la presencia de la Directora ejecutiva de Fundación Reforestemos, Suzanne Wylie, el Alcalde de Coyhaique, Carlos Gatica.
En este importante hito, también participaron cerca de 40 alumnos del Liceo Bicentenario de La Patagonia y un grupo de estudiantes de la carrera técnico agropecuario de la Universidad Austral, quienes realizaron un recorrido educativo junto al Director Forestal de Fundación Reforestemos de zona Patagonia, Matías Río, para conocer los procesos, tecnologías y especies presentes en el vivero. En esta instancia, se firmó un convenio de colaboración con el Director del Liceo Bicentenario de La Patagonia, Fabián Saavedra, con el objetivo de promover la educación ambiental a través de prácticas estudiantiles y otras iniciativas educativas.
Además, en este contexto, se firmó un convenio de colaboración con el Instituto Forestal de Aysén (INFOR), con el propósito de generar protocolos óptimos de viverización que permitan mejorar la producción de plantas a través de investigación conjunta.
La jornada culminó con la plantación simbólica de 10 árboles nativos en el propio vivero, para posteriormente trasladarse a la Reserva Nacional Coyhaique, donde los participantes plantaron 500 árboles nativos adicionales, dejando un legado para las futuras generaciones y reafirmando el compromiso con la educación ambiental y la responsabilidad ecológica.
“Con este hito no solo cerramos por primera vez un ciclo completo de vida de estos árboles nativos, sino que también demostramos, una vez más, el gran impacto que tiene la unión entre el mundo público y privado para la conservación y enriquecimiento de nuestros ecosistemas. Con más de 12 años de dedicación a la restauración de la Patagonia, mantenemos con toda la fuerza nuestro compromiso en la región. Sin duda, esta iniciativa representa un paso crucial para la restauración de los suelos, la investigación y la educación ambiental en la zona austral,” afirmó Suzanne Wylie, Directora de Reforestemos.
Este proyecto público privado ha sido desarrollado con la contribución de socios estratégicos como la Ilustre Municipalidad de Coyhaique, CONAF Aysén, INFOR Aysén, la Facultad de Ciencias Forestales y de Conservación de la Naturaleza de la Universidad de Chile, el Liceo Bicentenario de la Patagonia y el Departamento de Ciencias Naturales y Tecnología de la Universidad de Aysén.
Un proyecto innovador
El Vivero Reforestemos se posiciona como el vivero forestal más tecnológico e innovador de la región. Sus tres invernaderos cuentan con sistemas automatizados para controlar las variables climáticas claves, como temperatura, humedad y radiación, permitiendo un ambiente óptimo para el crecimiento de las plantas.
La gestión independiente de cada nave posibilita la creación de entornos específicos según las necesidades de cada especie, lo que genera plantas más robustas y de mayor calidad. Este control preciso de las condiciones ambientales acorta el tiempo necesario para aclimatar las plantas, permitiendo que estén listas para el terreno en un plazo de entre 4 y 5 meses, en comparación a los 12 meses que requiere este proceso en la región.
Además, el vivero emplea la viverización por semillas, una técnica poco común en la Patagonia pero que asegura la homogeneidad de las plantas y proporciona un seguimiento completo del ciclo de vida de cada una.
Actualmente, el vivero alberga cerca de 85 mil plantas en proceso de aclimatación, que incluyen especies emblemáticas como Lenga, Coihue, Ñirre y Ciruelillo. Con planes de producción continua, se espera que en enero de 2025 se inicie una segunda fase de producción.