Por Claudio Orrego, Gobernador de Santiago
El cambio climático, que afecta desde hace una década a la Región Metropolitana, evidencia aún la poca preparación que tenemos en los distintos niveles del Estado frente al tema; la nula urgencia a la hora de definir acciones e iniciativas para adaptarnos al cambio climático y, más grave aún, el poco involucramiento en esta tarea por parte de la comunidad.
Una realidad que nos llama a la acción urgentemente, sobre todo, cuando el cambio climático ha develado una brecha de desigualdad, que en el caso de la RM se evidencia en la existencia de comunas con un sobrecalentamiento inusual a consecuencia de la alta urbanización y la baja cobertura vegetal, donde existen amplias zonas denominadas islas de calor, y que, paradójicamente, son también las que se ven anegadas con las lluvias torrenciales.
Este panorama develado por la crisis climática, ha llevado al Gobierno de Santiago a poner esfuerzos extras en trabajar no sólo en la planificación, a través del recientemente aprobado Plan de Acción Regional de Cambio Climático, el primero en Chile en cumplir con la Ley Marco de Cambio Climático y sus reglamentos, sino que en iniciativas concretas para la región.
Es así como a través del diseño y ejecución de grandes parques regionales, como el Chena, Renca y Ortuzano estamos abasteciendo de nueva infraestructura verde para la ciudad. Hemos tomado, además, al Arbolado como bandera de lucha climática a través del programa Brotar, el cual creemos debe ejercer un papel fundamental en las políticas locales encaminadas a mejorar el funcionamiento metabólico de los sistemas urbanos, la habitabilidad de la ciudad y la salud de la población.
Bajo esta premisa, nace también el proyecto Bosques de Bolsillo para la Región Metropolitana, el que prontamente comienza su licitación, con el que crearemos una red de 33 bosques plantados con la técnica Miyawaki (crecimiento acelerado), los que servirán como refugios climáticos y acortarán la brecha de áreas verdes a nivel regional. Estos se sumarán a tres bosques ya construidos en Independencia, San José de Maipo y Paine, por parte del Gobierno de Santiago.
Con esta red de Bosques de Bolsillo sumaremos 150 mil nuevos individuos vegetales a la región (árboles, arbustos y herbáceas), mayoritariamente nativos, en aproximadamente 30 mil 300 metros cuadrados, equivalentes a casi ocho Movistar Arena. De esta forma, incrementamos la resiliencia climática a través de la creación de una red de refugios climáticos ejecutados mediante soluciones basadas en la naturaleza, las que captarán CO2 y material particulado, enfriarán activamente la ciudad y, en días de lluvia torrencial, ayudarán a facilitar la escorrentía del agua.
De esta forma, avanzamos en la premisa que encamina este trabajo y que implica que una infraestructura verde correctamente planificada, desarrollada, gestionada y mantenida, contribuye al desarrollo humano y ecológico de la ciudad, hasta el punto de convertirse en un sistema de soporte de la vida.
