En el dinámico mundo de la seguridad y salud ocupacional, Vicente Romero, subgerente de Seguridad y Salud Ocupacional, comparte perspectivas sobre cómo mantener un ambiente de trabajo seguro y saludable. A través de la entrevista, exploramos las estrategias implementadas por Salmones Camanchaca para prevenir accidentes laborales y fomentar una cultura de seguridad transversal. Romero destaca la importancia de la atención constante a los entornos y riesgos potenciales, una práctica que requiere la participación activa de todos los colaboradores.
En tu experiencia, ¿cuáles son las estrategias más efectivas que han implementado para prevenir accidentes laborales y promover un entorno de trabajo seguro y saludable?
Estar atento al entorno y a los potenciales riesgos. Para esto, la única forma de controlarlos es ser consciente de lo anterior y eso se logra con un trabajo diario, estructurado y que se retroalimenta de la información entregada por todos los colaboradores, independiente de su cargo.
La seguridad es tarea de todos, para ello necesitas involucrar transversalmente a las personas. En Salmones Camanchaca utilizamos el Estándar de Aprendizajes por medio de la reportabilidad constante. Si bien está canalizado el flujo de quién emite el reporte, es labor de cada trabajador levantar potenciales riesgos, de esta forma podemos evaluar el riesgo real o potencial que pueda afectar tanto a personas como infraestructura crítica de la operación, determinando así la hoja de ruta para potenciar las medidas según cada evento.
Este rol preventivo o alerta debe ser compartidas por otros actores, tanto internos como externos, incluyendo a las empresas contratistas, parte importante de nuestras operaciones.
Crear una cultura de seguridad sólida es fundamental para cualquier programa de seguridad y salud en el trabajo. ¿Cómo fomentar una cultura de seguridad y salud en el trabajo dentro de la organización?
Es importante contar con el apoyo de otras áreas de la Compañía que se convierten en vectores que transmiten la cultura de seguridad. En Salmones Camanchaca nos preocupamos de entregar mensajes claros y transversales sobre los procedimientos, riesgos potenciales y la importancia de seguir las normas de seguridad. Para ello existe la formación y capacitación constante y participación activa.
Sobre esto, el vincular a los líderes y alta jefatura de la Compañía es clave para cualquier estrategia de prevención. Son un engranaje en la gestión de los trabajos preventivos y culturales, por lo cual es necesario dotarlos de herramientas y conocimientos que puedan transmitir también al resto de los colaborades en el día a día y de esta forma se vuelve costumbre estar alerta a los potenciales riesgos, manteniéndolos bajo control.
¿Qué estrategias utilizan para identificar oportunidades?
Es clave centrar la gestión en los procesos, monitoreando su correcto desempeño y evaluando constantemente todos los peligros potenciales y desviaciones operacionales que se puedan presentar, independiente de su potencialidad de riesgo, puesto que aquí es donde se encuentran escondidos los incidentes que afectan tanto a personas como infraestructura.
Esto es extremadamente difícil, puesto que hay una multiplicidad de factores que influyen, por eso el trabajo constante y la detección temprana, el contar con herramientas, un equipo consolidado y participación de todas las partes involucradas, son insumos valiosos para la cultura de prevención y esa es la ruta que en Salmones Camanchaca estamos transitando.
¿Cuál ha sido el mayor desafío que han enfrentado al implementar acciones de seguridad y salud en el trabajo, y cómo lo superaron?
El mayor desafío es romper mitos y paradigmas, malos hábitos y costumbres, utilizando diferentes estrategias. Esto se logra conociendo a las personas, atreverse a innovar y encontrar nuevas formas de interiorizarse con los conceptos de prevención.
Para esto disponibilizamos herramientas diferenciadoras que nos permitan tener mejores resultados en materia de Seguridad y Salud Ocupacional. No está mal mirar afuera de la salmonicultura, siempre es clave buscar referentes y buenas prácticas, las cuales pueden venir de otros rubros, ya que siempre existen iniciativas que son replicables y escalables. Para eso, la transferencia de conocimientos y experiencias son sumamente relevantes.
¿Podrías compartir un proyecto de seguridad y salud en el trabajo destacado? ¿Por qué?
Uno de los grandes orgullos fue que Salmones Camanchaca se atrevió a buscar nuevas formas de transmitir los mensajes de seguridad. Durante el 2022 y 2023 tuvimos de forma itinerante la obra de teatro Efecto Coriolis, que recrea un accidente en una operación de salmones, la cual logró unir los mundos de la cultura y la salmonicultura de forma muy innovadora. En total fueron 23 presentaciones de la obra, impactando a 668 personas, desde operarios, personal de servicio, jefes de centro, profesionales administrativos, el directorio y también a miembros de SalmonChile.
Su impacto quedó grabado en el corazón de cada uno de los espectadores, despertando emociones y sensibilizándonos con un mensaje muy potente y que esperamos nos ayude a acelerar nuestro tan ansiado cambio cultural. La realización de esta obra es parte de las diferentes acciones e iniciativas que estamos implementando en el área de SSO. Estamos muy orgullosos de este proyecto pionero en la industria.
¿Cuáles consideras que son las tendencias más importantes para los próximos años?
La seguridad es un tema constante que requiere una parte estática, compartida por todos los integrantes de una organización, y otra dinámica, que es donde existen los espacios de mejora o tendencia.
Actualmente, la tendencia es poner atención en el desarrollo de control de contratistas. En este punto como Compañía somos pioneros en la forma que abordamos la responsabilidad en materia de seguridad con las empresas proveedoras de servicios, lo cual nos ha llevado a presentar nuestras buenas prácticas frente al gremio y mutuales.
Además, en Salmones Camanchaca estamos buscando ir más allá de esto, ahora estamos concentrándonos en los cuasi accidentes. Es decir, aquellos eventos que no generaron daños ni pérdidas de tiempo, pero que presentan las mismas causas básicas que ocurrirían en un accidente real.
