Por Hans Rosenkranz, director ejecutivo Comunidad de Organizaciones Solidarias
El año comienza y, como siempre, marzo trae consigo el ajetreo de las clases, el trabajo, la rutina y con ello van quedando atrás los temas del verano. A un mes de los incendios que devastaron una gran zona de Viña del Mar y otras comunas de la región de Valparaíso, el trabajo en terreno continúa y probablemente se extienda por bastante tiempo. Porque el fuego arrasó y se necesita mucha ayuda, en múltiples ámbitos.
Chile es un país que, por su condición geográfica, está muy expuesto a los desastres naturales provocados por terremotos o erupciones volcánicas. También el cambio climático nos plantea desafíos extra en materia de inundaciones, sequías o altas temperaturas que pueden propiciar incendios. Por eso, tenemos que estar atentos a los aprendizajes y también a las condiciones cambiantes. Desde esta mirada, hay tres puntos que creo debemos tener presentes a lo largo del año: las personas, la preparación y la capacidad movilizadora de la sociedad civil.
En primer lugar, tener presentes a las personas afectadas por los incendios forestales y también a quienes sufrieron las inundaciones de invierno. En el caso de las comunidades de Viña del Mar, el impacto del fuego fue enorme y por eso necesitarán apoyo durante un largo tiempo, porque las ayudas tempranas responden a la emergencia, pero no son soluciones definitivas y porque para que esas familias logren reconstruir sus hogares y recuperar al menos parte de lo que tenían, necesitan que no los olvidemos y sigamos apoyándolos. Entonces, una tarea es revisar como trabajamos para que las respuestas contengan efectivamente la emergencia, brinden las ayudas inmediatas, pero también logren proyectarse en el tiempo.
En segundo lugar, y como muchos saben, las organizaciones sociales se desplegaron desde el primer momento en el territorio para ayudar a quienes lo necesitaban. Esto fue posible gracias a la preparación de las organizaciones, la coordinación con los distintos servicios públicos y la ayuda de privados. Y aquí cabe una mención especial al aporte y soporte brindado por las empresas que rápidamente su sumaron para ayudar a sus comunidades. Creo que vale la pena destacar que algunas empresas ya están preparadas y cuentan con planes para cumplir un rol y ser un aporte activo frente a las emergencias, lo que permite mayor agilidad en la respuesta.
Y, cerrando el círculo porque es el que articula la necesidad de las personas con la capacidad de respuesta y las ayudas del sector público y privado, está el rol de la sociedad civil. Movidos x Chile, programa que impulsa la Comunidad de Organizaciones Solidarias y que nace luego de los incendios de 2017 para responder a la necesidad de coordinar la colaboración en la preparación y respuesta ante situaciones de emergencia y desastres, ha asumido la responsabilidad de conducir la gestión de los recursos reunidos en la campaña Juntos Chile se Levanta, velando por que la entrega de las ayudas sea oportuna, atingente y transparente. La labor realizada por Movidos x Chile es resultado de un aprendizaje conjunto y queremos seguir profundizando este trabajo, impulsando la colaboración entre los distintos sectores en beneficio de quienes lo necesitan.
Comienza el año y tal vez la gran mayoría de la población -que no trabaja directamente en la gestión de contingencias- pierda de vista la forma en que avanza la recuperación de los barrios que ardieron este verano. Por eso, quienes continúan con el trabajo de apoyar y reconstruir tienen una tarea adicional que es mantener viva la memoria de los afectados y recordarnos a todos que aún falta mucho para poder superar las pérdidas.
