Por Antonia Anastassiou, Directora de Comunicaciones y RRPP Fundación Mustakis
En el corazón de la Fundación Mustakis palpita un compromiso con el desarrollo del potencial humano, enfocado en la educación y la autorrealización. En este artículo, abordaremos un tema crucial dentro de esta responsabilidad: los recursos internos del ser humano, que fortalecen nuestra identidad y poder creador.
Los recursos internos, a menudo, ocultos por resistencia consciente o inconsciente, son herramientas esenciales en nuestra búsqueda de identidad y propósito. Constituyen un conjunto de capacidades propias e inherentes que respaldan nuestro crecimiento. Y como educadores, así como en roles de padres, madres o maestros, estamos en una posición única para influir positivamente en su desenvolvimiento. Son hábitos, habilidades, conocimientos. Todo lo inmaterial e intangible que somos. Un valor incalculable en nuestro avance como personas en sociedad.
La Fundación Mustakis enfatiza la importancia de fomentar no solo el saber académico en niñas y niños, sino también en su crecimiento personal y autorrealización. En este marco, los recursos internos se vuelven necesarios para guiarlos en la indagación de quiénes son, qué hacen, qué los define, cuáles son sus metas y proyecciones, etc. A continuación, profundizaremos en algunos de estos componentes y su relevancia.
Uno de los primeros desafíos de la enseñanza es ayudar a los estudiantes a superar las oposiciones que puedan tener. Estas barreras, como los miedos, las dudas y las creencias limitantes, pueden obstaculizar la maduración de sus capacidades profundas. En este caso, nuestro rol es proporcionar un entorno seguro para enfrentar y trabajar esas contrariedades, viéndolas como oportunidades de aprendizaje y autoconocimiento.
La gratitud es uno de los activos más poderosos y debe ser estimulada desde la infancia. más allá de un sentimiento o algo que pasa en un momento determinado, la gratitud debe ser un hábito, una práctica diaria, tanto en el hogar como en el aula, para que de esta forma configure nuestra perspectiva y abra nuevas posibilidades en el horizonte, impulsando una actitud positiva hacia la vida, promoviendo la resiliencia y consolidando la empatía.
Otro elemento a considerar es la respiración consciente, el puente más sólido entre el cuerpo y la mente. Es una herramienta a menudo subestimada, pero que es el aliado perfecto para el ser humano a la hora de centrarse, reducir el estrés y mejorar su concentración. Con tan solo unos minutos es posible cambiar una vida. Por eso, en la Fundación Mustakis esta rutina es vista no solo como una técnica de relajación, sino como un camino hacia una mayor conciencia de nosotros mismos y del entorno.
La alegría se suma como recurso, pues nos hace cultivar la felicidad interior. Para la educación, es un aspecto vital. No se trata solo de buscarla en eventos externos, como por ejemplo en fechas significativas. Es nutrir una actitud alegre ante la vida y los desafíos que se presentan. Aquí son fundamentales las actividades que promuevan la creatividad, la conexión y el juego. La atención debe estar puesta en cómo crear espacios de confianza donde sea parte integral del aprendizaje, con el objetivo de que sea un imperativo hacia adelante.
De esta forma el descubrimiento de nuestra identidad, llega como consecuencia de un trabajo continuo de ir desarrollando el potencial de nuestros recursos internos, tanto de los puntos anteriormente mencionados como también de otros. Es como un rompecabezas de muchas piezas, el que se va armando lenta y cuidadosamente, hasta que damos con el resultado final; quiénes somos. Al potenciarlo, mejoramos nuestra calidad de vida y nos acercamos a hallar qué nos define, sin olvidar que es un proceso continuo de exploración.
Como educadores, tenemos la responsabilidad y el privilegio de guiar a los jóvenes en su desarrollo personal y en la búsqueda de identidad. Los recursos internos son determinantes en esta etapa. La Fundación Mustakis, con su enfoque en la educación integral, resalta la importancia de desarrollar y descubrir los recursos internos. Al guiar a niñas, niños y jóvenes en este proceso y entregar herramientas para superar resistencias, cultivar la gratitud, practicar la respiración consciente y la alegría, se facilita un viaje transformador hacia el descubrimiento de su verdadera esencia. Lo que hace vibrar su mente y su corazón.