Los resultados de esta investigación podrían impactar, por ejemplo, en la industria alimentaria a través de la mejora en la eficiencia de los procesos fermentativos, minimizando así la dependencia de insumos.
El cambio climático se está sintiendo cada vez con más fuerza, donde las extensas sequías, olas de calor, disminución de las lluvias, entre otros efectos de este tipo, son los protagonistas del presente y los cuales se intensificarán en el futuro. Por eso, cabe preguntarse ¿de qué manera el cambio climático está impactando en los alimentos que consumimos? ¿Cómo se están modificando los cultivos tras las consecuencias de este fenómeno? ¿Podríamos esperar nuevos desarrollos a partir de este escenario?
Luis Saona, investigador del Instituto Milenio de Biología Integrativa (iBio), busca responder algunas de estas interrogantes a través de su innovadora investigación, la cual apunta a explorar la adaptación a largo plazo de levaduras a bajas temperaturas. El foco es estudiar si dicho proceso es resultado de mutaciones genéticas o producto de cambios a nivel de cromatina, como una forma de memoria celular.
El análisis -comenta el investigador- promete entregar información valiosa, contribuyendo a comprender la biología y ecología microbiana, especialmente en cómo los microorganismos se adaptan a condiciones ambientales extremas.
“Los resultados que se obtengan lo podrían posicionar como un artículo pionero a nivel mundial al servir como fuente de aplicaciones biotecnológicas importantes, como en la industria alimentaria donde se podría mejorar la eficiencia de los procesos fermentativos, minimizando así la dependencia de insumos y optimizando la producción en diferentes sectores industriales. Además, entendiendo que el uso de recursos y la capacidad de adaptación a condiciones extremas se vuelven imperativas en el contexto del cambio climático, esta publicación también permitiría entender cómo los microorganismos responden a las variaciones de temperatura, lo que puede ayudar a predecir y mitigar sus efectos en los ecosistemas globales”, señala.
Una investigación de clase mundial
Utilizando técnicas de vanguardia en genética molecular y análisis de datos, como la secuenciación genómica, ATCA-seq y la edición genética CRISPR/Cas9, el proyecto actualmente se encuentra en su fase inicial y está programado para extenderse por un período de tres años.
En relación a su metodología, el estudio se llevará a cabo mediante cultivos de levaduras envejecidos hasta 60 días y de diferentes cepas de S. eubayanus bajo diversas circunstancias metabólicas, “intentando imitar las condiciones naturales, donde los nutrientes son limitados y los entornos ambientales de crecimiento son adversos”, precisa Saona.
El especialista espera que los primeros resultados del proyecto estén disponibles aproximadamente dentro del primer año, una vez que se hayan completado todos los cultivos iniciales a largo plazo y los análisis preliminares.
“Este proyecto finalmente destaca la importancia de la ciencia básica y cómo, a través de la observación y experimentación en condiciones que imitan los desafíos naturales, podemos desentrañar los complejos mecanismos de la evolución”, asegura el investigador del iBio.