La edición genética busca hacer un cambio disruptivo en la agricultura al mejorar la calidad de frutas y verduras, ofreciendo productos más resistentes al clima y con mejores nutrientes.
En un panorama donde la seguridad alimentaria y la nutrición son prioridades globales, la edición genética emerge como una herramienta crucial para mejorar la calidad y nutrición de los alimentos que llegan a nuestras mesas. Dicha técnica, diferente de los transgénicos, garantiza la seguridad y calidad de los alimentos, al no introducir genes de otros organismos.
Desde trigo apto para celíacos hasta tomates con una duración extendida de hasta 36 días después de la cosecha, la edición genética ha permitido desarrollar cultivos más resilientes y nutritivos. Entre estos avances se destacan lechugas tolerantes al calor y bayas con un contenido nutricional mejorado, ejemplificando el potencial de esta tecnología para transformar la agricultura hacia una producción más sustentable.
La edición genética en la agricultura es una técnica científica que permite modificar el ADN de las plantas para mejorar su resistencia a enfermedades, adaptación al clima y calidad nutricional. Impulsada por herramientas como CRISPR-Cas, esta técnica precisa y versátil está ganando terreno en todo el mundo.
Miguel Ángel Sánchez, director ejecutivo de ChileBio, resalta: “Estamos transformando la forma en que cultivamos nuestros alimentos para beneficiar a los consumidores. La investigación en edición genética está creando cultivos más resistentes y productivos, que enfrentan los desafíos del cambio climático y el crecimiento poblacional.”
Ejemplos concretos de productos editados genéticamente incluyen tomates que mantienen su sabor característico durante 36 días después de la cosecha, lechugas más tolerantes al calor y bayas con un contenido nutricional mejorado, ofreciendo a los consumidores opciones frescas, saludables y duraderas.
