La organización de conservación WWF Chile realizó un llamado a intensificar las medidas de prevención de incendios forestales y reforzar todo el sistema de respuesta a este tipo de emergencias. Esto, dada la existencia de diversos focos de fuego a nivel nacional y las altas temperaturas registradas durante los últimos días y que podrían extenderse a las próximas semanas, instalando condiciones favorables para este tipo de siniestros.
“Hemos visto importantes esfuerzos desde el sector público y privado para evitar catástrofes como las ocurridas en las temporadas estivales de 2017 y 2023, lo cual se evidencia en un aumento de 47% en el presupuesto de Conaf para este ítem, así como en otras acciones específicas. Sin embargo, la amenaza es cada vez más alta y nos debe empujar a impulsar también iniciativas de fondo y de mediano y largo plazo, pasando por planes de prevención más fuertes a nivel nacional, un reforzamiento de nuestra acción climática y la implementación de Soluciones basadas en la Naturaleza, de la mano de la restauración de bosques, entre otras medidas para diversificar los usos de suelo en el territorio”, señaló Trevor Walter coordinador del programa de Paisajes Terrestres de WWF Chile y de la Iniciativa Transformacional sobre Restauración de Paisajes de WWF en Latinoamérica.
Por el momento, tanto el número de incendios forestales como la superficie afectada durante esta temporada es más bajo que en la anterior, con un 32% y un 68% menos, respectivamente, según datos oficiales de Conaf a las 12.00 del viernes 12 de enero. Sin embargo, algunas regiones muestran cifras preocupantes, como es el caso de Arica y Parinacota, Tarapacá, Atacama, Los Lagos, Aysén y, especialmente Magallanes, donde ya se reportan 1.232 ha afectadas, cuando a la misma fecha del año pasado éstas solo llegaban a 12.57 ha, lo que implica un incremento de 971%.
Impactos del fuego
La devastación que dejan los incendios forestales va más allá de los daños visibles, las pérdidas materiales y, en lamentables ocasiones, la de vidas humanas. Los incendios también golpean fuertemente a la fauna, en muchos casos especies nativas y endémicas; destruyen hábitat para la biodiversidad de la naturaleza, el banco de semillas y la microbiología del suelo. Asimismo, debilitan medios de vida de comunidades dependientes de la naturaleza, como la recolección de productos forestales no madereros y los servicios ecosistémicos de los que las personas se benefician. Además, tienen graves efectos en la salud de las personas, ya que los incendios y la erosión, fenómenos potenciados por el cambio climático, están teniendo un grave impacto en la calidad del aire, la salud humana y el medio ambiente. Por ejemplo, en abril pasado, un estudio de Lancet Countdown Sudamérica colocó a Chile como el país de la región con la mayor tasa de mortalidad prematura atribuible a la exposición sistemática a la contaminación del aire, con 240 muertes por millón de habitantes.
Según explica Trevor Walter, la crisis climática y los incendios forestales se potencian negativamente, considerando que algunos factores como altas temperaturas, sequía, falta de humedad en árboles, arbustos y pastos; junto con veranos más largos, más cálidos y secos, como consecuencias del cambio climático, están provocando que se registren incendios forestales más frecuentes y de mayor duración en todo el mundo. En Chile, se ha registrado una ampliación de la temporada de fuego forestal, donde los patrones espaciales y temporales de estos siniestros se han hecho cada vez más recurrentes, extensos y extremos. Según datos del Centro del Clima y la Resiliencia (CR)2, entre 1985 y 2009 la temporada de grandes incendios se extendía entre noviembre y abril. En el período 2010-2018, en tanto, esa ventana temporal se ha ampliado desde octubre a fines de mayo. Bajo este escenario, no debe olvidarse que es clave el actuar humano en detener los incendios, dado que 99,5% son de origen humano, intencionalmente o por negligencia.
“Otro efecto crítico de los incendios masivos es que prácticamente pueden llegar a anular la captura de carbono que realizan los bosques, provocando, al contrario, emisiones de CO2 que no logran ser mitigadas. Esto implica un retroceso en la meta de carbono neutralidad propuesta por el Estado de Chile al 2050 para hacer frente al cambio climático”, puntualiza el experto. Por lo tanto, al mediano y largo plazo es necesario realizar una mejor planificación y ordenamiento territorial para evitar la expansión de incendios, así como contar prontamente con una Ley de Incendios Forestales y un Servicio Nacional Forestal (SERNAFOR). Esto, junto con la incorporación de las mencionadas Soluciones basadas en la Naturaleza en las políticas públicas de forma integral. Éstas son medidas que junto con ayudar a la conservación de la biodiversidad aportan a mantener servicios ecosistémicos que favorecen el bienestar humano, como el agua, y también generan paisajes resilientes a los impactos climáticos.