Karen Rauch, directora de Fundación Camiseteados
El 15 de enero, en la comuna de Puente Alto, quienes trabajamos en el área del emprendimiento social vivimos una verdadera fiesta. Ese día, 16 chilenas y chilenos provenientes de distintas regiones del país recibieron un reconocimiento por las acciones positivas que realizan, impactando de manera directa en sus barrios y comunidades. Ese es justamente el objetivo de Fundación Camiseteados: visibilizar a personas anónimas cuyas iniciativas merecen ser valoradas públicamente por el aporte que significan para avanzar juntos hacia una mejor sociedad.
Los premiados de la versión 2023 conforman un grupo heterogéneo de hombres y mujeres que tienen en común la búsqueda de soluciones a problemas que los afectan tanto a ellos como a sus pares. Están, por ejemplo, los hermanos Vicente y Renato Naour de Chiloé, quienes idearon un método para detener la deforestación en el sur del país creando un módulo tecnológico de cultivo; o Wally Olguín, creadora de Toros Inclusión, agrupación inclusiva que reúne a deportistas con capacidades diferentes. También tenemos el caso de Natalia Leyton de Jóvenes por el Cambio, JOCAM, cuyo trabajo ha contribuido a fomentar la participación de la comunidad sorda dentro de la sociedad; o Jaime Estay de Recicla Sueños, creador de una red de reciclaje de residuos electrónicos que luego benefician a estudiantes de colegios municipales; o Andrea Henriquez, que con su proyecto Volando en V, busca fortalecer las dinámicas de convivencia escolar y prevenir el bullying con un modelo que involucra de manera activa a toda la comunidad escolar.
Ellos son algunos de nuestros 16 Camiseteados que a partir de pequeñas acciones, nos están demostrando que es posible lograr grandes diferencias. Sacar sus historias a la luz es valioso, porque en Chile hoy tenemos una urgente necesidad de contar con mayores liderazgos positivos. Así se desprende de los resultados de la tercera versión del estudio de opinión pública realizado por Fundación Camiseteados e Ipsos Chile, donde un 69% de los encuestados cree que el país cuenta con liderazgos positivos, pero que éstos son demasiado pocos, mientras que sólo un 13% considera que hay suficientes, otro 13% declara que no existen y el resto no lo sabe.
Para los entrevistados, las acciones más destacadas son los emprendimientos sociales que ayudan a los vecinos a mejorar su calidad de vida o su entorno (36%). Luego se mencionan las iniciativas en materia de salud (22%), apoyo a la educación (21%), capacitación laboral (19%) y cuidado medioambiental (18%). Esto nos lleva de vuelta a nuestros Camiseteados, ya que se trata de actividades con un propósito que va más allá del beneficio económico y que se centran en problemas que enfrentamos a diario. Por eso, cuando los proyectos colectivos son liderados efectivamente, dan vida a un vínculo entre quienes los llevan a cabo y quienes se benefician de ellos, generando un sentido compartido de unión y de inspiración para que otros sigan ese camino.
Si queremos formar un mejor país, capaz de enfrentar con éxito los grandes desafíos que vivimos en cuanto a desigualdad, calidad de vida, salud, educación y medio ambiente, entre otros, debemos actuar desde ya. La respuesta a estos retos está en nosotros mismos, y por eso requerimos de personas que actúen como faros y que, gracias a su empuje, sirvan como amplificadores de estas buenas prácticas. No sólo eso, también es fundamental reconocer su labor, agradecerles y ayudarlos para multiplicar la solidaridad, compromiso y colaboración que nos entregan. Todos tenemos ese potencial de acción positiva para transformar nuestro espacio, nuestro país y nuestra comunidad. Ojalá que seamos cada día conscientes de ello para ser parte del cambio que queremos a futuro.
