Nicolás Compte, Gerente de personas de Adexus
La fidelización de talentos se ha convertido en un desafío apremiante para las organizaciones, una realidad respaldada por los datos proporcionados por la consultora Spencer Stuart, que revelan que el 56% de los empleados está considerando la posibilidad de buscar nuevas oportunidades laborales. Sumado a esto, la intensa competencia en el mercado por atraer a los mejores colaboradores subraya la urgencia de esta cuestión, que puede tener un impacto drástico en las organizaciones.
Las consecuencias de la fuga de talento pueden afectar negativamente la reputación, clima organizacional, rentabilidad y productividad de una empresa, por lo que evitarla se vuelve imperativo para los empleadores. Las motivaciones que pueden impulsar a un trabajador a explorar nuevas oportunidades son diversas, desde la búsqueda de una mejor remuneración hasta la aspiración de un ambiente laboral más dinámico o la adquisición de nuevas habilidades para el desarrollo profesional, entre otras.
En este sentido, las empresas deben ser competentes en la fidelización de colaboradores experimentados que poseen conocimientos y habilidades versátiles. Es necesario enfatizar este último punto, ya que el desarrollo de aspectos como el liderazgo, las habilidades de comunicación y el trabajo en equipo puede ser particularmente desafiante. Valorar la contribución cultural y los conocimientos individuales de cada talento es esencial para garantizar su permanencia en el equipo de trabajo.
La fidelización de talento es un proceso continuo que requiere una atención constante. Para lograrlo, es crucial comprender las necesidades y demandas de los colaboradores, con el propósito de alcanzar acuerdos beneficiosos para ambas partes.
Desde nuestra experiencia, los beneficios más valorados por los colaboradores se centran en tres áreas: aspectos económicos, como bonificaciones y ajustes salariales; en materia de salud, desde seguros complementarios hasta acuerdos en esta área; y beneficios relacionados con el tiempo, que se puede lograr mediante la ampliación de los días de vacaciones, la opción de trabajo a distancia o la flexibilización de horarios.
Tanto la empresa como el conjunto de colaboradores se ven negativamente afectados por la pérdida de talento, por lo que la retención de capital humano debe ser una preocupación constante, más que una negociación anual. Un entorno laboral propicio no solo mejora la productividad sino que también puede atraer nuevos talentos hacia la organización.