Margarita Marín Guzmán, directora Diplomado Sostenibilidad Corporativa, Universidad Finis Terrae
Hace algunas semanas se dio a conocer la sentencia por parte del Segundo Tribunal Ambiental que ratificó el decreto que obliga a las automotoras a hacerse cargo de los neumáticos usados en el marco de la Ley REP.
En este caso, la Ley de Gestión de Residuos, Responsabilidad Extendida del Productor y Fomento al Reciclaje (REP) impulsa la gestión de los residuos generados por neumáticos al considerarlos como productos prioritarios. Este enfoque se basa en el principio de que los costos ambientales generados por la producción de residuos deben ser asumidos por aquellos que introducen los productos en el mercado, en este caso, las automotoras.
En este contexto, esta ley es una herramienta fundamental para avanzar hacia una economía más sostenible, dado que establece metas de recolección y valorización para residuos domiciliarios e industriales, que se implementarán de manera gradual.
Por ejemplo, en 2023, se espera que el 10% de las viviendas del país tengan retiro de productos reciclables, llegando al 80% en 2034. La Ley REP y el reciclaje son un primer paso para avanzar hacia un modelo de Economía Circular en Chile, pero este enfoque va más allá del reciclaje y busca aprovechar de manera integral los recursos mediante las nueve “R”: repensar, rediseñar, refabricar, reparar, redistribuir, reducir, reutilizar, reciclar y recuperar energía. Es necesario continuar impulsando políticas y acciones que promuevan este cambio hacia una economía más sostenible y responsable.
A esto se suma que la Economía Circular se ha logrado posicionar como una propuesta innovadora capaz de reemplazar la concepción tradicional de producción y consumo que, hoy por hoy, amenaza nuestra salud, el medio ambiente y los recursos naturales esenciales para nuestra supervivencia.
Gracias a su enfoque sistémico, la economía circular busca eliminar la idea de “basura”, cambiando la forma en que creamos soluciones de consumo desde el diseño de productos, la gestión de recursos y la forma en que manejamos los desechos, permitiendo así reducir nuestra huella ecológica y forjar un futuro más sostenible.
Este cambio de paradigma demanda el compromiso tanto de empresas y gobiernos, como de cada individuo como consumidor.
Desde aquí surgen dudas como si ¿Estamos dispuestos a repensar nuestro papel en este sistema y asumir la responsabilidad de construir un mundo más sostenible para las futuras generaciones?
Con la Ley REP como punto de partida, podemos avanzar hacia un futuro en el que los residuos sean reutilizables y la “basura” sea solo un recuerdo del pasado, y se suma al enfoque de la Economía Circular, que busca eliminar la noción misma de basura, transformando los residuos en recursos valiosos a través de una serie de prácticas que abarcan desde repensar y rediseñar hasta reciclar y recuperar energía.