Quedan sólo meses para que la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor abarque el segundo producto prioritario, envases y embalajes, un hito que es considerado clave para impactar las nuevas metas de reciclaje que contempla la normativa.
Han pasado más de dos años desde la publicación del decreto que obligaba a las empresas importadoras de neumáticos a recolectar y reciclar el 90% de ellos en el marco de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor. Si bien fue el punto de partida de la normativa que busca disminuir la generación de residuos y fomentar su reutilización y reciclaje, es en dos meses más cuando se vivirá el mayor desafío al incluirse el segundo producto prioritario, envases y embalajes.
De acuerdo con cifras de Naciones Unidas, anualmente se producen más de 430 millones de toneladas de plásticos, dos tercios son de un solo uso y el sector de envasado y empaquetado es responsable del 36% de ese total. “Sólo en Chile se generan más de 23 mil toneladas de plásticos de un solo uso, residuos que demoran cientos de años en degradarse. De ahí la importancia de esta nueva fase de la Ley REP, que establece que los fabricantes, importadores y distribuidores de envases y embalajes deben hacerse responsables de su gestión”, asegura Richard Oliva, Director (i) de Ingeniería en Prevención de Riesgos y Medio Ambiente de la Universidad Bernardo O´Higgins.
De hecho, son dichas empresas las que deberán organizarse para poner en marcha y financiar Grandes Sistemas de Gestión Domiciliarios (GRANSIC) que deberán ejecutar actividades de recolección en los territorios en coordinación con los municipios.
Así, por medio de la operación de los GRANSIC, el reciclaje de plásticos debería masificarse y respaldar la meta de incrementarlo en un 3% el primer año. “Es crucial que las personas reciclen más y mejor. Para eso, no sólo se deben reforzar campañas educativas, sino además entregarles certezas en torno a la disposición final de sus residuos y facilitar al máximo la tarea. El gran desafío de la Ley es el alto nivel de coordinación público privada que se requiere, pues acá deben combinarse esfuerzos de las empresas, municipalidades y gobierno central”, indica Gabriel Fonzo, CEO de Integrity, compañía chilena que recicla plástico PET proveniente de botellas de bebida, agua y jugos y lo transforma en materia prima que da vida a nuevos envases que también se incorporan en el círculo del reciclaje. El ejecutivo comenta que las falencias que Chile tiene en este sentido quedan en evidencia cuando “tenemos que importar PET reciclado para fabricar envases que no sean de plástico virgen. Es de esperar que la Ley REP aporte a cambiar ese paradigma”.
En cuanto a las perspectivas, Oliva cree que se debe seguir impulsando el compromiso de las personas con el cuidado del medio ambiente. “Las Municipalidades han hecho un gran aporte difundiendo sus programas de reciclaje y educando sobre los hábitos a la hora de segregar los productos para que los gestores de residuos puedan dar un tratamiento final adecuado. Por otra parte, el sector privado también ha dado buenas señales disponiendo de puntos limpios en zonas de alta concurrencia y acercando alternativas a las personas”, puntualizó el académico. En esa línea, Fonzo comentó que en Integrity han generado distintas iniciativas abiertas a la comunidad, a fin de que todos puedan conocer dónde llega el PET reciclado y comprobar cómo se transforma en materia prima para envases 100% reciclables.
Eso incluye planes con colegios de Santiago para recibir sus desechos e invitar a los alumnos a conocer las instalaciones y que ellos puedan ver directamente como lo que usualmente es considerado basura se convierte en nuevos productos que llevan comida hasta los hogares e incluso frutas a otros lugares del mundo.