En el marco de la celebración de los 15 años de Almabrands, y con la incorporación del norteamericano Aaron Hurst a las filas de la consultora, este último señala el nuevo salto que quiere alcanzar la firma chilena: desplegar e impulsar el propósito en toda Latinoamérica para transformar personas, organizaciones y la sociedad.
Las personas que conocen su propósito tienen 3 veces más probabilidades de sentirse realizadas en su trabajo. En efecto, el 63% de quienes tienen conciencia del propósito de su quehacer en el trabajo se sienten realizadas versus el 17% de aquellas que hacen su labor sin dicha conciencia.
Así lo señala Aaron Hurst, autor del libro “The Purpose Economy” y quien lidera desde 2015 uno de los mayores estudios del mundo sobre el propósito y la realización en el trabajo. El experto está en Chile, en el marco de celebración de los 15 años de la consultora Almabrands, y su presencia no es en condición de “visita”, pues se ha integrado a las filas de la consultora como Purpose Economist & Miembro del Comité Ejecutivo.
Ya en ese rol, señala que el objetivo de Almabrands no es menor: “desplegar e impulsar el propósito en toda América Latina para transformar personas, organizaciones, empresas y la sociedad, lo que implica impactar a cientos de millones de vidas”.
Carolina Altschwager, directora ejecutiva de Almabrands, agrega que la consultora está abocada a concretar un salto que la transforme en un referente regional en la creación y transformación de empresas con propósito, organizaciones con un impacto positivo en la sociedad y capaces de conectarse con humanidad y confianza con sus stakeholders. “Creemos en una nueva ruta para un crecimiento con sentido”, dice.
El evento conmemorativo se realizó en un lugar inédito y aún no abierto al público: las instalaciones de Mercado Urbano Tobalaba (MUT), un proyecto pensado desde el propósito con una estética innovadora y que pone a las personas al centro de la estrategia.
El propósito es “movilizador”
En su presentación, Aaron Hurst destacó, además, otros elementos que forman parte de sus investigaciones, estableciendo diferencias entre la mentalidad de propósito versus la transaccional. Mientras la primera da una dirección e identidad, permite crecer en cualquier rol y función, además de tener el control sobre la carrera y bienestar, la segunda, en cambio, nos aleja de dicho control, uno queda definido por el título (lo que estudiaste) y la única manera de crecer es ser promovido.
No es de extrañar, por lo tanto, que los líderes movilizados por el propósito versus aquellos que tienen lo transaccional como foco, tienen un nivel de realización de 66% versus 28%, así como logran una mayor cantidad de años de permanencia de sus colaboradores en las organizaciones y relevantes diferencias en el grado de lealtad de éstos con su empresa (Employee Net Promoter Score o ENPS).
Al final, se trata de crear un significado. Entender que trabajar con propósito genera relaciones significativas, impacto y contribución, crecimiento y desarrollo, dice. Un alto ejecutivo de Agrosuper complementa: “La definición de misión o visión sirven para alinear a las personas en las empresas; a nosotros el definir, comunicar y compartir el propósito es algo que nos inspiró mucho más allá de alinearnos”.
Otro punto que abordó Aaron Hurst es el de los mitos del propósito, donde muchos lo sienten como una “causa”, o que creen que algunos trabajos son significativos y otros no, o que la realización está solo fuera del trabajo o que se trata de un lujo, “cuando en el fondo somos cada uno de nosotros los que podemos crear el sentido y significado en el lugar en el que estamos” señala.
¿Qué deben hacer las empresas?
Carolina Altschwager dice que el propósito es un proceso de cambio y transformación desde dentro hacia fuera en el que hay que involucrar a toda la organización. Sus líderes, quienes deben pensar no solo en crecimiento a secas, sino en crecimiento con impacto positivo en sus distintos públicos, además requieren preguntarse “por qué hacemos lo que hacemos”; luego, “qué se hace para tangibilizar dicho propósito” y, tercero, “cómo se organizan los recursos para cumplir la estrategia”.
Tras una clara mirada de estrategia de negocios, se requiere definir un propósito para cada uno de los productos y servicios que ofrece una empresa / organización, en todos los niveles: transformación cultural, propuesta de valor, experiencia, identidad de marca y comunicaciones, e innovación.
Al final, las empresas tienen un espacio lleno de oportunidades para diferenciarse y competir, un verdadero camino, realmente sostenible, para prosperar en un contexto que exige al mundo empresarial, nuevas formas de desarrollo, más éticas, responsables y, sin duda, con mucho más sentido y significado para el entorno y las personas.