Ignacio Parada, CEO y fundador de Bioelements.
Cuando hablamos de desafíos, sabemos que la crisis climática es uno de los más grandes que enfrenta nuestro planeta. El aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero y la contaminación generalizada, están causando cambios en el clima y medio ambiente.
Como contraparte, el reciclaje se ha convertido en una herramienta esencial para abordar esta problemática. Al reciclar, podemos reducir la extracción de nuevos recursos naturales y reutilizar elementos para satisfacer la creciente demanda. Además, el reciclaje ayuda a minimizar la cantidad de residuos que terminan en vertederos o se queman, lo que a su vez aminora los gases contaminantes.
En este sentido, Chile ha tomado conciencia de la importancia de este punto con la promulgación en mayo de 2016 de la Ley de Reciclaje y Responsabilidad Extendida del Productor, más conocida como Ley REP, que en lo esencial obliga a fabricantes e importadores de productos prioritarios a recuperar un porcentaje de ellos una vez que terminan su vida útil, es decir, cuando se transforman en residuos.
Siete años después, la normativa se ha convertido en una herramienta fundamental para promover la sostenibilidad y fortalecer la industria del reciclaje en Chile, ya que al entregar a los productores la responsabilidad de gestionar los residuos, han sido necesarias varias transformaciones en la industria. Pero aunque su implementación representa un gran beneficio, también genera diversos desafíos que aún no han logrado resolverse del todo.
Veamos algunos de ellos. Desde el punto de vista de los usuarios, uno de los principales es la educación. Si bien el tema está más presente en comparación a años anteriores, aún existe falta de información acerca de cómo reciclar, cómo separar la basura y qué conductas pueden adoptarse para eficientizar el proceso. Tampoco existen contenedores de reciclaje en todas las comunas y muchas veces las personas prefieren abstenerse ante lo dificultoso que resulta, por lo que se requieren avances en el desarrollo de la infraestructura adecuada.
Desde el punto de vista de la industria, aún es necesario que más empresas se sumen, se concienticen acerca de la urgencia de los cambios y que estas buenas prácticas -más que una obligación-, sean vistas como una responsabilidad compartida donde todos somos protagonistas en el mejoramiento de la calidad de vida y el medio ambiente.
Así lo hemos entendido desde Bioelements, ya que desde nuestro nacimiento en 2014 hemos construido un proyecto que significa una alternativa sustentable al plástico convencional para mitigar el impacto al medio ambiente. Para lograrlo, desarrollamos la Resina BioE, compuesta de material versátil, circular y biodegradable. En la práctica, todas nuestras bolsas y films son absolutamente biodegradables en todo tipo de medioambientes, incluyendo vertederos, composteras y lugares acuosos. Tenemos como propósito revolucionar la industria del packaging con soluciones biodegradables en todos los ambientes, reduciendo así la huella que dejamos en la tierra.
Por eso, creemos que para que la Ley REP tenga un real impacto, las empresas deben incorporar una gestión global de triple impacto, que además de un desempeño económico que les permita subsistir y obtener ganancias, cuenten con una visión medioambiental y social dentro de las operaciones, generando soluciones a problemas que afectan a la sociedad. No estamos solos, ya que también se requiere de la colaboración entre el sector público y privado, de la sociedad, un trabajo conjunto que facilite las cosas y alianzas estratégicas que fomenten la inversión y la innovación en el reciclaje, así como incentivos económicos para las empresas que adopten prácticas sostenibles.
Al promover y practicar el reciclaje y biodegradación, estamos tomando medidas concretas para proteger nuestro entorno natural y preservar los recursos limitados de nuestro planeta. Estamos marcando una diferencia que puede ser clave para las nuevas generaciones. Ojalá todos lo comprendamos así y continuemos avanzando en la ruta hacia un país más sostenible, entendiendo que las medidas deben ser concretas y realizables en el tiempo.