Leonor Merín, Directora Innovación & Territorio de Fundación Gabriel & Mary Mustakis
La educación debería ser inevitablemente innovadora, ya que los modelos educativos están obligados a transformarse. Pueden ser las características propias de cada territorio, sociales o culturales, como también porque hoy el mundo es totalmente diferente al que nosotros tuvimos, con cambios vertiginosos y que ocurren a gran velocidad para nuestros niños y jóvenes.
Y es que si hay algo que es constante en nuestra vida es precisamente eso, el cambio. Sucede desde que nacemos, pues cada ser humano es una evolución constante de sí mismo, que siempre está ahí y que es muy difícil de ignorar. Lo que sí depende de nosotros y que está en nuestras manos es la manera en que conducimos eso. La forma en que navegamos esta oleada innovativa.
Al hablar de innovación siempre recuerdo Ítaca (1911), un poema iluminador de Constantino Cavafis sobre la legendaria isla griega, la patria de Odiseo, Penélope y Telémaco, entre otros. El texto nos hace reflexionar sobre que el viaje es más importante que la meta y es una metáfora perfecta de lo que nunca debemos dejar de perseguir:
Cuando emprendas tu viaje a Ítaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
[…]
Pide que el camino sea largo.
[…]
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
[…]
A mi juicio, el poeta griego alude a la relevancia de disfrutar el camino hacia nuestros objetivos, hacia nuestra propia Ítaca, cualquiera que ésta sea. La educación persigue el mismo sentido, ya que también plantea caminos y metas para lograrla, pero también depende de las personas que crecen, se potencian y mejoran como una constante transición.
En eso los gurús de la innovación también nos dan cátedra. Traigo a la memoria una frase memorable de Steve Jobs, precursor de grandes avances tecnológicos de nuestra era: “La innovación viene de conocer gente en los pasillos”, dijo una vez, de manera sencilla y al mismo tiempo profunda.
Examinemos sus palabras. La innovación humana -que etimológicamente quiere decir “en nuevo uso”, es decir, a lo nuevo- surge, claramente, desde nuestro cuerpo y la interacción que tiene con el resto. Así surgió la arquitectura, la economía, la medicina y otros “pasillos”, como él dice, que en realidad puede ser cualquier parte; un colegio, una oficina, un transporte público, incluso la calle. Lo que importa es el flujo, el pasar, el convivir, pues así se enciende la chispa del cambio. Si nos conectamos, somos creadores de lo nuevo.
¿En qué se parece lo de Jobs con los versos de Cavafis? En que ambos hablan del tránsito, del movimiento, del viaje para innovar. No son lo mismo un pasillo que un barco, pero a fin de cuentas, las dos cosas nos hablan de conexiones y maneras de hacer propio el recorrido. Algo que en la Fundación Mustakis hemos trabajado y potenciado como parte de nuestro ADN.
En nuestros 25 años de historia seguimos viviendo constantemente el cambio, apoyando iniciativas que se distinguen por su propia marca o sello, pero que se asemejan entre sí por el ímpetu de arriesgarse por asuntos que parecen simples pero que terminan siendo penetrantes. Que conectan a los niños y jóvenes con su interior, por medio de programas incisivos y vanguardistas.
La Escuela de Cuentacuentos, basada en competencias y habilidades que sostienen el desarrollo integral, desde 2010, vincula este oficio milenario con la co-construcción del proceso de aprendizaje. Circo Frutillar, por su parte, desde 2014 promueve el arte circense en niños y jóvenes, como un quehacer que potencia sus habilidades artísticas, técnicas, motrices y socioemocionales. En ambos casos, se optó por disciplinas existentes, con historia y legado, pero su estructura, su forma y sus estrategias como herramientas educativas incrementaron su valor.
Otros proyectos interesantes son Makers Musicales, que acerca las ciencias, la ingeniería, el arte y la tecnología, bajo el objetivo de construir e interpretar tu propio instrumento musical; Zona Interactiva, que con una forma experiencial nos sumerge digitalmente dentro de museos y exposiciones, aproximándonos a la cultura, el arte y el patrimonio de forma lúdica; y KAOS Espacio Creativo, un centro de aprendizaje experimental que busca que la innovación sea ágil, moldeable y bidireccional, a través de actividades que exploran ciencia, desarrollo tecnológico, cultura, corporalidad y naturaleza.
La invitación es a atreverse a iniciar este camino, a este viaje en la educación inevitablemente innovador.