Siete investigadores de distintas universidades e instituciones científicas chilenas determinaron que las turberas y los bosques adultos son la principal reserva de carbono en Patagonia, con cifras que sobresalen a nivel mundial.
Los parques nacionales de la Patagonia chilena almacenan casi el doble de carbono que los bosques prístinos de la Amazonía, señala el artículo titulado “How much carbon is stored in the terrestrial ecosystems of the Chilean Patagonia?”, recién publicado en la revista científica especializada en ecología del hemisferio sur, Austral Ecology. Se trata de un estudio que da cuenta de la cantidad de carbono almacenado en los ecosistemas terrestres de la Patagonia chilena, entregando información relevante para el desarrollo de estrategias de mitigación y adaptación al cambio climático.
“Los ecosistemas que durante miles de años han almacenado gran cantidad de carbono en su biomasa y suelo, deben ser rigurosamente protegidos porque -de lo contrario- su intervención significaría la liberación de ese carbono a la atmósfera. Por otro lado, conocer los ecosistemas y especies que tienen mayor potencial de retener carbono, es fundamental para tomar decisiones acertadas respecto a los planes de restauración ecológica” señaló Jorge Pérez Quezada, profesor de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la U. de Chile e investigador del Instituto de Ecología y Biodiversidad y del Cape Horn International Center, y autor principal del estudio.
Pérez trabajó con otros 6 científicos y académicos de diversas universidades e instituciones científicas chilenas, con apoyo del Programa Austral Patagonia de la Universidad Austral de Chile y de Pew Charitable Trusts, para estimar la cantidad de carbono almacenado en la biomasa y en el suelo de los ecosistemas terrestres de la Patagonia chilena, con foco en las áreas protegidas de esta región. Estas, según concluye el estudio, cubren el 54.9% de su superficie y almacenan el 61% del stock de carbono de la Patagonia. Sólo en lo referido a los parques nacionales, se determinó que el valor promedio del carbono almacenado es de 508 toneladas de carbono por hectárea, lo cual es casi el doble de la cantidad que pueden almacenarse en bosques no intervenidos -o prístinos- de la Amazonía.
“Sin duda, es una buena noticia que gran parte del carbono se encuentre almacenado en áreas protegidas administradas por CONAF, pero ahora el desafío es resguardar los ecosistemas que están fuera de ellas. Es el caso de las turberas que no sólo poseen un gran stock de carbono, sino también una biodiversidad única, además de ser fuente importante de reservas de agua en Patagonia”, dijo por su parte Aldo Farías, autor del artículo y coordinador del Programa Austral Patagonia de la UACh.
El estudio determinó, de hecho, que a nivel de ecosistemas las turberas son los que retienen el mayor stock de carbono por hectárea, con 1.689 toneladas, mientras que el más bajo se halló en playas y dunas, con solo 9,2 toneladas de carbono por hectárea. Asimismo, el tipo de bosque que más carbono almacena es el bosque siempreverde con 470 toneladas de carbono por hectárea.
“Si bien hay suficientes datos disponibles para determinar estas cifras, durante el desarrollo del estudio se pudo verificar que no todos los ecosistemas están igualmente estudiados. Es necesario, por ejemplo, conocer mejor las turberas ya que tienen el mayor valor de carbono almacenado por hectárea y se estima que cubren 3,4 millones de hectáreas en la Patagonia”, agregó Pérez Quezada.
“Conocer la cantidad y distribución de las reservas de carbono, en general, es crítico para tomar acciones concretas frente a la crisis climática, así es que esperamos que este estudio oriente la investigación y genere cambios normativos y de conciencia al respecto”, finalizó Farías.