Este tesoro natural administrado por la Universidad de la Frontera, posee 408 hectáreas, está ubicado a apenas 12 kilómetros al noroeste de Temuco, en la Región de la Araucanía y representa además el último remanente del bosque nativo original del valle central en la zona sur.
Casi cinco siglos tienen los robles de la especie Nothofagus obliqua más antiguos del bosque de Rucamanque, los cuales datan incluso desde antes de que se produjera el encuentro de las comunidades mapuches con los colonizadores españoles. Se considera que estos impresionantes ejemplares no solo corresponden a los más antiguos de la especie en Chile, sino también del mundo, dado que roble es una especie que ocurre únicamente en los bosques templados de Chile y Argentina. Esto, según asegura el Dr. Rodrigo Vargas Gaete, investigador de la Facultad de Ciencias Agropecuarias y Medioambiente de la Universidad de La Frontera, quien está a cargo de la administración del Parque Ecológico y Cultural Rucamanque. Explica que este dato ha sido corroborado por distintas investigaciones realizadas en el predio desde el año 2006.
“Dentro de los estudios que se han realizado en el país, incluyendo uno de la Universidad de Chile que caracterizó los ejemplares más grandes en altura y diámetro, se suman algunas otras investigaciones de colegas nacionales e internacionales que también lo corroboran. Esta condición se daría principalmente porque el Roble Pellín encuentra en este pequeño cordón montañoso dentro del valle de La Araucanía, en sitios húmedos, con suelos profundos “trumaos”, es decir con cenizas volcánicas jóvenes que favorecerían su crecimiento, lo cual no se da en otros lado de Chile o Argentina”, dice Rodrigo Vargas.
Los robles encontrados en el parque Rucamanque destacan también por sus longevidad, por lo cual han sido incorporados a la categoría de árboles monumentales, en la que se agrupan los ejemplares arbóreos que son únicos debido a características que resultan excepcionales, en este caso su longevidad y altura.
Es así como algunos de los ejemplares descubiertos en el parque alcanzan dimensiones de más de 54 metros de altura y diámetros que sobrepasan los 1,6 metros. En Chile, además del roble Pellín, sólo otras cinco especies arbóreas superan los 50 metros de altitud: coihue, raulí, ulmo, araucaria y alerce.
Bosque mejor conservado del Valle Central
Debido a su rareza, estos árboles se convierten en patrimonio biológico de relevancia global, asegura el investigador quien además agrega: “los hemos llamado árboles patrimoniales porque estamos viendo árboles que ya existían al momento de la fundación de la ciudad de Temuco. Son testigos de cómo la ciudad ha ido creciendo y cómo se ha desarrollado la transformación de campo a ciudad en muchos lados”.
Reconocido como uno de los remanentes más antiguo y mejor conservado de bosque primario en el valle central de la zona sur -donde uno de éstos remanentes es el Cerro Ñielol- Rucamanque es así uno de los últimos bosques prácticamente intactos existentes en esta zona. En palabras del investigador, este sería: “el bosque adulto mejor conservado en el Valle Central de Chile, no solo por el tipo de especies que habita, sino también por la interacción entre las especies de flora, fauna y hongos que se da en su interior”.
Rucamanque, traducido del mapudungun como Casa o morada del Cóndor, posee un 53% de su superficie cubierta por bosques adultos primarios con un alto estado de conservación.
El resguardo del predio, el cual fue llevado a cabo primero por el Estado a través del Servicio de Agua Potable de Temuco y luego desde 1986 por la Universidad de La Frontera, ha permitido mantener la biodiversidad de este ecosistema único ya que se ha garantizado la prestación de los servicios ambientales adecuados para mantener la vida presente en él.
Es por esto que dicho bosque se presenta como un espacio ideal para la educación ambiental y la investigación científica. “Nos interesa potenciar la investigación, nos parece importante que vengan investigadores de otros lados a conocer Rucamanque y que lo usen como área de estudio, así como también que las comunidades Mapuche aledañas se vinculen con el Parque, ya que es parte ancestral de su territorio”, dice Vargas.
“Como la principal universidad estatal de regiones, buscamos con esta conservación seguir impulsando el aporte que desde las ciencias y la investigación podemos entregarle a nuestra sociedad. En este caso, lograr un mejor conocimiento y conservación de la biodiversidad local, un patrimonio de todos los chilenos y de la humanidad, que debemos cuidar para esta y todas las generaciones venideras”, añade el vicerrector de Investigación y Postgrado de UFRO, Dr. Rodrigo Navia.
Más allá de los robles, en el parque subsisten más de 200 especies vegetales, incluyendo la tepa, el lingue, diversas orquídeas nativas, el naranjillo y la menta de árbol. Además se presencian abundantes especies de hongos, incluyendo algunas que han sido por primera vez vistas en este lugar.
Para visitar el Parque es necesario inscribirse para programar las visitas, las cuales son gratuitas (parquerucamanque.ufro.cl).