Un llamado a aumentar las precauciones por el riesgo de incendios forestales debido a las altas temperaturas extremas pronosticadas para los próximos días en diversos puntos del país, realizó la organización de conservación WWF Chile.
“La prevención es siempre la mejor estrategia para abordar esta amenaza, entendiendo que la devastación que genera el fuego va más allá de los daños visibles. Los incendios destruyen hábitat para biodiversidad, el banco de semillas y la microbiología del suelo. Debilitan medios de vida humana dependientes de la naturaleza, como la recolección de productos forestales no madereros y los servicios ecosistémicos de los que las personas se benefician. Además, pueden generar grandes afectaciones materiales a comunidades y poner en riesgo la vida humana, además de la salud respiratoria”, señala Rodrigo Catalán, director de Conservación de WWF Chile.
En conjunto, estos y otros efectos, en caso de poder ser recuperables, requieren una altísima inversión, además de demandar mucho tiempo para poder volver al estado previo al incendio.
Según explica Catalán, la proactividad y el compromiso son imprescindibles para una respuesta efectiva, con acciones concretas en terreno, las cuales deben centrarse en los bosques, las personas y también en abordar el cambio climático. Esto incluye labores de información y educación que apelen a la conciencia y responsabilidad de las personas. La prevención y el control deben tomar en cuenta los nuevos patrones del fuego, e incorporar con más fuerza aspectos de educación ambiental, vigilancia comunitaria, buenas prácticas –por ejemplo, evitar las quemas agrícolas- y el cumplimiento de los periodos de prohibición de fuego establecidos por Conaf.
“La prevención también implica un diseño activo del paisaje en términos de uso del suelo, que es sin duda un punto clave y hace necesario un ordenamiento territorial que promueva la diversidad del paisaje y limite grandes extensiones, entre otras, de plantaciones forestales continuas. Este planteamiento reconoce las dinámicas de los incendios, la necesidad de un paisaje con usos de suelo heterogéneo, sin grandes extensiones monoespecíficas y coetáneas de combustible. Requiere de la implementación de cortafuegos libres de vegetación y áreas de cargas de combustible”, detalla el representante de WWF.
Asimismo, plantea como urgente el impulsar procesos de restauración ecológica de paisajes y bosque nativo, al alero del Plan Nacional de Restauración. “Estas acciones también aportan a la prevención, dado que reconstruir el paisaje con mayor heterogeneidad de uso ayuda a frenar la propagación de incendios, en contraste con lo que ocurre frente a grandes extensiones de monocultivos forestales. Luego, también tienen un efecto positivo en la recuperación de las áreas incendiadas, evitando la erosión de los suelos y reconectando corredores para biodiversidad, entre otros beneficios”, puntualiza Catalán.
Otro punto importante es que el cambio climático y los incendios forestales se potencian mutuamente. En este sentido, el experto enfatiza que los incendios forestales de gran escala generan enormes emisiones de dióxido de carbono (CO2), tanto que, por ejemplo, los incendios de 2017 hicieron subir mucho las emisiones de Chile. Entonces, su ocurrencia y las dificultades para controlarlos, afectan el logro de la carbono neutralidad del país, comprometida al 2050.