A través del Derecho Real de Conservación, Fundación Tierra Austral, la primera garante de conservación de Chile, ha logrado crear casi una decena de nuevas áreas privadas que serán protegidas a perpetuidad a lo largo de todo el país.
Fundación Tierra Austral cumple 10 años protegiendo la naturaleza y biodiversidad en tierras chilenas de propiedad privada que tienen un importante valor ecológico, escénico y/o cultural. Esto, lo ha logrado a través del uso del Derecho Real de Conservación, una herramienta legal que formaliza la protección de la naturaleza en territorios privados, regulando el uso de la tierra.
Gracias a esta herramienta, los propietarios pueden tomar la decisión de conservar formalmente y de manera efectiva sus territorios y contribuir a resguardar el patrimonio natural del país.
En concreto, un acuerdo de Derecho Real de Conservación es un contrato voluntario, firmado entre el propietario de un territorio y un tercero, donde se regula el uso de la tierra, estableciendo ciertos usos permitidos y restringidos con el objetivo de conservar su valor ecológico y/o cultural en el largo plazo. Idealmente, ese tercero debe ser una organización garante de conservación, sin fines de lucro ni conflicto de intereses, que vele por el cumplimiento de este contrato y la protección de cada territorio, trasnformándose en un aliado en el cuidado de la naturaleza. Este es el rol que cumple Tierra Austral y a la fecha, la Fundación ha logrado crear siete nuevas áreas privadas protegidas a lo largo del país a través del uso del Derecho Real de Conservación.
“Nos posicionamos como una Fundación sin fines de lucro que pueda ser un socio estratégico y un aliado en la conservación para los privados. Entendemos cuáles son las amenazas y queremos trabajar juntos para mitigarlas”, señala Victoria Alonso, Directora Ejecutiva y una de las fundadoras de Tierra Austral. De igual forma, Alonso destaca lo que esto implica para el sector privado, entendiendo como privado todo aquello que no es el Estado, corporaciones, organizaciones de la sociedad civil, personas naturales, etc. “Es una oportunidad enorme no sólo de cuidar nuestro capital natural, sino que también de aportar, una oportunidad de, con pocos recursos, generar grandes impactos positivos, disminuir las huellas de los impactos ambientales”, agregó.
Uno de los principales proyectos de Tierra Austral, consiste en proteger los últimos remanentes de biodiversidad del hábitat mediterráneo en la zona central de Chile, el ecosistema más amenazado y menos protegido a nivel nacional. Así, esta iniciativa, llamada Boldo Cantillana, está avanzando en la protección de un corredor paisajístico de 930.000 hectáreas, ubicado en el Valle Central del país, que se extiende desde Santiago hasta Zapallar en la costa del Pacífico, creando áreas críticas de conexión entre la Cordillera de la Costa y la Cordillera de los Andes. De esta forma, el proyecto Boldo Cantillana contribuye con el objetivo nacional de Chile de proteger cerca del 30% de sus ecosistemas para 2030.
Dentro del corredor Boldo Cantillana, uno de los proyectos emblemáticos desarrollados por Tierra Austral es en el Santuario de la Naturaleza Cerro Poqui, un área protegida de más de 1000 hectáreas que hoy, gracias al trabajo que se ha hecho de forma conjunta entre la Fundación, la comunidad y los propietarios, se encuentra abierta a la ciudadanía de forma regulada.
“La alianza con la Fundación Tierra Austral ha sido un factor clave, ya que nos ha ayudado precisamente en poder conservar de manera efectiva todo el bosque nativo, los ecosistemas, y especies que habitan en el Santuario”, dice Matías González, administrador del Santuario Cerro Poqui y parte de la comunidad que forma el equipo de trabajo de esta área protegida.
En el sur de Chile, en tanto, Tierra Austral busca conservar los bosques de la Patagonia chilena y los ecosistemas críticos que estos albergan. Una de las iniciativas en las que la Fundación trabaja actualmente es el Parque Escuela Kaikén, ubicado en la Región de Aysén. Esta iniciativa está avanzando para proteger a perpetuidad más de 3500 hectáreas bajo un acuerdo de Derecho Real de Conservación entre los propietarios de estas tierras y Fundación Tierra Austral.
Cristián Fernández, miembro de la familia de propietarios de los terrenos de Kaikén y fundador del proyecto Parque Escuela, asegura que “lo que estamos buscando conservar es una dinámica donde el ser humano, la flora y la fauna, conviven. Cuando nos acercamos a Fundación Tierra Austral se tuvo el objetivo de poder plasmar en un instrumento legal, y que estuviera a perpetuidad, la idea de que la conservación de esta tierra fuera para siempre”.
Cabe destacar que Tierra Austral acompaña al propietario en el desarrollo del proyecto de conservación de forma integral, ayudando en la toma de decisiones e, incluso, apalancando recursos financieros. De igual forma, asesora en la creación del acuerdo de Derecho Real de Conservación, identificando los valores de conservación de cada territorio y su estado, para luego monitorearlos constantemente con el objetivo de velar por el resguardo y protección de su valor natural.