Infraestructura y rescate de actividades ancestrales destacan entre estas iniciativas para mejorar el proceso educativo desde la identidad local.
“Un espacio para compartir” se llamó el proyecto de la Escuela G-17 San José de Ayquina con el financiamiento del Fondo Escolar de Minera El Abra, que implicó la adquisición de un podio, paneles móviles y un sólido toldo para mitigar la alta radiación solar en el patio del establecimiento.
Ana Choque, profesora de la escuela señaló que “los carritos y los paneles murales son movibles, pueden parecer cosas pequeñas, pero para nosotros son muy significativas, porque dan realce y permiten que nuestros niños se muestren a la comunidad en un espacio digno”.
En la Escuela San Santiago de Toconce, el fondo permitió realizar una iniciativa para fortalecer la identidad de los niños con la cultura andina. “Con este proyecto valoramos las costumbres y tradiciones de nuestro pueblo, especialmente aquellas asociadas a la limpia de canales, la festividad de todos los santos y el uso de la cerámica y la lana,” dijo Jacqueline Anza, presidenta del Centro General de Padres y Apoderados.
En la escuela E-20 Nuestra Señora de la Candelaria de Caspana se adquirieron insumos agrícolas para habilitar un huerto escolar en el invernadero de la unidad educativa, con lo cual los alumnos refuerzan el vínculo con la tierra y sus tradiciones y adquieren conciencia ambiental.
Este año el Fondo Escolar desarrolló 16 proyectos enfocados en establecimientos educacionales de Alto El Loa, Calama, María Elena, Ollagüe y Tocopilla, con el compromiso de fortalecer la enseñanza y aprendizaje de estudiantes, docentes y la comunidad educativa en general.