Hayley Baker, Gerente general de SustainaLab
Los estándares de sostenibilidad están impulsando un mejor desempeño en las empresas tanto a nivel local como global. Así lo comprueban los resultados del Índice de Sostenibilidad Dow Jones de este año (DJSI, por sus siglas en inglés) publicados el pasado 09 de diciembre, los cuales evalúan la gestión social, ambiental y económica de miles de compañías cotizadas en las principales bolsas del mundo. De hecho, este año, de casi cien empresas chilenas que fueron invitadas a participar, 24 fueron incluidas en el índice de nuestro país, 27 clasificaron en el índice MILA Pacific Alliance, 6 en Mercados Emergentes e incluso 1 en el índice global.
Para lo anterior, cada una de las compañías debió completar el Cuestionario de Sostenibilidad Corporativa (CSA, por sus siglas en inglés) así como someterse a una extensa evaluación que realiza S&P Global, una de las principales clasificadoras de riesgo del mundo. Esta herramienta se caracteriza por hacer una revisión amplia y transversal de los impactos de la organización. Además, para obtener una evaluación favorable, las empresas deben demostrar una mejora continua de sus resultados año a año y ser capaces de progresar alineadas al desempeño de los pares de su industria. Todo esto permite a las empresas medir los ámbitos en que son fuertes, identificar dónde aún existen brechas para avanzar e incluso identificar desafíos que estaban fuera de su radar. En efecto, se puede apreciar que las compañías que la utilizan se enorgullecen de los logros alcanzados, así como también se motivan por mejorar aquellos puntos donde están aún débiles.
Reportar logros concretos es el camino correcto para que las empresas puedan alcanzar las expectativas actuales de los inversionistas, quienes están cada vez más atentos al desempeño en materia social, ambiental y de gobernanza. Esto se debe a los potenciales riesgos a los que se exponen, los cuales no son solo reputacionales, sino que también, de financiamiento. Es más, el impulso de los grandes agentes económicos ha sido fundamental para concientizar a los directivos de las empresas en cuanto a la relevancia de la sostenibilidad, mucho más allá de un idealismo pasajero.
Si bien aún queda bastante por recorrer en Chile, vamos en la dirección correcta. Prueba de ello, es la Norma de Carácter General (NCG) N°461, que fue implementada hace poco, ya que podremos leer próximamente sobre temáticas de sostenibilidad y gobierno corporativo en las Memorias Anuales. Hoy, ya no basta solo con medir y divulgar la huella de carbono o la valorización de sus residuos, sino que debemos avanzar hacia una transparencia integral. He ahí la importancia de que más organizaciones tomen provecho del CSA. Esta herramienta que desde este año se dispuso, sin costo, para empresas no cotizadas en bolsa, es la oportunidad para que usemos las métricas en la industria. No hay que considerarla como una exposición de vulnerabilidades, sino que como un llamado a generar mejoras y adaptarnos a las necesidades del futuro.
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