Mario Sánchez, académico de la UNAB, comenta cómo las fiestas de fin de año pueden ser sostenibles con acciones que apunten a la circularidad. Dentro de las recomendaciones está el evitar la emocionalidad a la hora de comprar productos.
Diciembre, un mes que genera grandes movimientos comerciales por las celebraciones de fin de año. Una época en la que aumenta el uso y/o consumo de envoltorios plásticos, mayor gasto energético y más volumen de desechos de comida. Con todos estos antecedentes, cabe la pregunta, ¿será posible celebrar las fiestas de fin de año de forma sostenible?
Mario Sánchez, académico de la U. Andrés Bello sede Concepción y director del Diplomado de Economía Circular, comenta que para lograr celebraciones de fin de año más sostenibles la ciudadanía debe recurrir a la cordura y evitar la emocionalidad.
“Con esfuerzo se puede lograr la sostenibilidad en estas celebraciones y para ello se debe concientizar al 100% nuestras acciones de consumo. Generalmente, durante esta temporada ocurre que se pierde en parte la racionalidad y se cae fuertemente en las emociones del momento”, afirma.
El cotillón y la ornamentación son los principales desechos que se generan en diciembre, así lo ratificó Greenpeace en 2020 al lanzar su campaña“Que la fiesta no pare”. Según la ONG, cada año el mundo producen más de mil toneladas de basura entre Navidad y Año Nuevo.
Ante esta afirmación, el especialista sostiene que la circularidad es la clave para mitigar los efectos del medio ambiente que se generan en estas fechas, por lo tanto, es fundamental preferir la reutilización de elementos ornamentales.
“Por ejemplo, los adornos navideños o de fin de año, ¿es necesario comprar nuevos? Siempre se pueden reutilizar y guardar los actuales para años posteriores. Incluso, hay países en que los árboles de navidad se “arriendan” en maceteros y se devuelven posterior a las fiestas para ser plantados -Alemania– por lo que la idea es avanzar con pequeñas acciones hacia la circularidad”, detalla.
Cifras que no son festivas
Cabe señalar, que el Reporte del Estado del Medioambiente 2021 emitido por el Ministerio del Medioambiente indica que se generaron 19,7 millones de toneladas de residuos en el país; 40% es de origen municipal o domiciliario, los que durante el 18 de septiembre y fiestas de diciembre aumentan hasta un 30%, según especialistas.
Frente a estos antecedentes, Sánchez explica que “la clave para ser más sostenibles es ir cambiando la forma de considerar las acciones y el cómo se relaciona actualmente la Economía Circular con el consumo. En la Economía Circular, el reciclaje es una falla de diseño, pues hoy forma parte del pasado. A futuro, la circularidad pretende reutilizar y prolongar la vida de lo que utilizamos, para disminuir desechos y residuos”, precisa el director del Diplomado de Economía Circular de la UNAB.
A las cifras anteriores, se deben incluir las estadísticas de la ONU, que desde 2018 reflejan que en algunos países la producción de residuos plásticos aumenta alrededor de 25% durante el mes de diciembre, número que va en aumento.
“El plástico sigue siendo el principal contenedor de productos de uso corriente y ello tardará aún más tiempo en corregirse y cambiarse por contenedores bio degradables” prevé el académico.
Recomendaciones sostenibles
Ante este panorama la pregunta es, ¿qué medidas deben considerar los consumidores en sus compras de fin de año para hacerlas más sostenibles y con menos impacto ambiental?
La respuesta es sencilla y un hábito que ya debe estar incorporado. “Recurrir a la tradicional “bolsa de más de un uso”, que puede ser incluso de plástico no desechable o mejor aún: la bolsa de género. También, las bolsas de papel cuando los artículos a transportar no son muy pesados o las cajas de cartón, pero definitivamente el uso del plástico deberá ser muy regulado a futuro, entendiendo que este es uno de los inventos más innovadores que ha creado el ser humano, pero cuyo uso y consumo debemos definitivamente regular”, subraya.
Otra de las recomendaciones clave que entrega el experto en circularidad para aplicar en los hogares durante estas celebraciones y todo el año, es la segregación. “Se recomienda ir separando desde el comienzo los materiales biodegradables de los que no lo son. Los biodegradables pueden seguir una ruta totalmente diferente al resto, ser utilizados como compostaje o abono, por ejemplo. Los no biodegradables debieran ir a un tratamiento diferente, tratamiento que aún no tenemos en nuestro país, pero que las municipalidades debieran desde ya considerar su separación para acciones futuras”, sugiere.
Finalmente, Mario Sánchez entrega siete consejos que ayudan a disminuir los impactos ambientales e invitan a generar conductas conscientes y circulares, durante esta estas fechas:
- No caer en los excesos de compras que impliquen altos porcentajes de comida que después se desecha. Realizar los cálculos adecuados para evitar desperdicios.
- Utilizar contenedores biodegradables o de más de un uso. Son una inversión a largo plazo.
- Conectarse a priori con instituciones a las que se pueda donar los excedentes de comida para su uso en beneficios sociales.
- Disminuir el uso del automóvil o compartir los viajes. Se tienden a generar más trasladados durante estas festividades, lo que produce más emisiones de carbono.
- Tratar se hacer de estas festividades un motivo de intimidad y de encuentro familiar con los amigos y seres más queridos.
- Fomentar las reuniones en que convivan diferentes edades, entregando especial atención a las personas de tercera y cuarta edad y a los niños pequeños. Es una gran oportunidad de encuentro intergeneracional.
- Finalmente, es importante recordar que la Economía Circular apunta a un equilibrio entre lo económico, social y ambiental. Es también, una oportunidad para manejar estos parámetros en forma equilibrada.