La Dra. Daniela Doussang, de la Facultad de Ciencias de la Vida de la U. Andrés Bello, analiza el panorama general de la fauna y biodiversidad nacional.
Daniela Doussang, Dra. en Cs. Veterinarias de la Facultad de Ciencias de la Vida de la U. Andrés Bello, comenta que los factores que han facilitado la extinción de la fauna chilena, “han sido variados y muchos antropogénicos, los cuales han influenciado la pérdida de biodiversidad, tales como; el cambio en el uso de suelo, fragmentación de hábitat, sobre explotación de recursos y especies, caza furtiva, contaminación, introducción de especies invasoras, incendios forestales y el Cambio Climático, lo que genera un importante deterioro y baja en la fauna nativa nacional”, señala.
Según informa la académica, dentro de las especies de mayor riesgo actualmente, son los anfibios el grupo más vulnerable, pues la mayoría de estos vertebrados se caracteriza por poseer una fase de vida acuática y se encuentran clasificados con algún grado de amenaza.
Según la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), a nivel mundial el 41% de los anfibios se encuentra amenazada de extinción, seguido de mamíferos (27%), reptiles (21%) y aves (13%).
“En el caso de nuestro país, según informes de Ministerio del Medio Ambiente son los anfibios y peces los grupos más afectados, principalmente por el deterioro de los cuerpos de agua continentales y el Cambio Climático. En el caso de los anfibios, dentro de los factores que los hace más vulnerables, está que esta especie vive en ambientes más restringidos, además, de sus características biológicas, pues, requieren agua para su reproducción, agua que está disminuyendo, por el Cambio Climático y en muchos casos, también, por la contaminación”, detalla la experta.
Doussang, profundiza “sumado a esto se encuentra la introducción accidental de la Rana Africana (Xenopus Laevis) en nuestro país, especie que se dispersó rápidamente en el territorio y que representa una gran amenaza a la biodiversidad por su condición de depredadoras y competidoras de especies nativas. A esto, también se suma la aparición de la ‘Quitridiomicosis’, infección por un hongo (Batrachochytrium endrobatidis), el que es causante del descenso de muchas poblaciones de anfibios silvestres, generando que en el país los anfibios tales como; Rana de Chusmiza (Telmatobius chusmisensis), Rana de Danko (Telmatobius dankoi), Rana de Ollagüe (Telmatobius fronteriensis), Rana de Hall (Telmatobius halli) presenten mayor riesgo de extinción, principalmente los que se encuentran en Arica, Parinacota, Tarapacá y Antofagasta”, advierte.
Desde el punto de vista geográfico, la experta de la Facultad de Ciencias de la Vida de la UNAB explica que Chile se caracteriza por poseer un alto endemismo, es decir, posee fauna que solo se encuentran en nuestro territorio. Sin embargo, la biodiversidad de las especies no es tan alta en comparación con el resto de los países de Sudamérica.
“Existen áreas clasificadas como puntos calientes de biodiversidad, los denominados hotspot, que corresponden a regiones prioritarias de conservación en donde se concentra un gran número de especies de plantas vasculares y vertebrados endémicos en zonas que han sido muy alteradas por acciones humanas”, ilustra.
Doussang, experta en biodiversidad subraya que “este hotspot abarca el Norte Chico y Chile Central, además, de las Islas del Archipiélago Juan Fernández y también, parte del Sur (IX a XI regiones). Es así como en estas áreas se encuentran 43 especies de anfibios, de las que aproximadamente un 70% son endémicas”.
En cuanto a losmamíferos, las investigaciones indican que no existe una variada diversidad, pero sí se da un endemismo importante en relación a los géneros. Por ejemplo, existen dos géneros de marsupiales representados por las especies ‘Comadrejita Trompuda’ (Rhyncolestes raphanurus) y ‘Monito del Monte’ (Dromiciops gliroides), esta último, corresponde a la única especie viva de grupo de antiguos marsupiales australianos del orden Microbiotheria y, que, además, cumple un importante rol en la dispersión de semillas de plantas nativas.
Finalmente, las aves, existen 12 especies endémicas, estacando al ‘Picaflor de Juan Fernández’ (Sephanoides fernandensis), grupo que se restringe al Archipiélago Juan Fernández, y que actualmente se encuentra en peligro crítico de extinción.
Regulaciones para cuidar la Fauna Nativa Chilena
En el contexto de la protección a la fauna nacional, la académica indica que existen cinco regulaciones importantes de destacar:
Ley de Caza N°19.473, del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), área de Recursos Naturales. Regula actividades que afecten perjudicialmente a la fauna silvestre. Realiza el control y regularización de captura o caza. También, así como las áreas de prohibición de caza. Además, de la mantención en cautiverio, liberación y comercio de especies.
Ley General de Pesca y Acuicultura, 18.892, a través del Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (SERNAPESCA), establecida para la protección, rescate, rehabilitación, reinserción, observación y monitoreo de mamíferos, aves y reptiles hidrobiológicas. Le sigue la Ley N°20.293 de Protección a Cetáceos donde hay modificaciones a la anterior.
Ley de Protección Animal N°20.380, su objetivo es generar la protección de los animales, haciendo alusión también a mantener la libertad de movimiento de las especies silvestres.
Convenciones internacionales: “Comercio Internacional de especies amenazadas de fauna y flora silvestre” (CITES), y la “Convención sobre la Conservación de las especies migratorias de animales silvestres”, a las que Chile pertenece.
Últimamente, a través del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE), hay regulaciones para proyectos de investigación científica. Se solicitan los permisos respectivos a Corporación Nacional Forestal (CONAF) para generar las exploraciones en el área.
Finalmente, Doussang invita a la ciudadanía a generar acciones que apunten a una serie de acciones transversales, que se inician con la educación. Entre estas se encuentran: la protección y conservación y restauración de los ecosistemas, especies nativas, disminución de la deforestación, generación de corredores biológicos, promoción de planes de reproducción en cautiverio y uso sustentable de los recursos, entre otros.
No obstante, la académica de la UNAB precisa que “la educación ambiental también es un punto importantísimo que debiese comenzar desde temprana edad y en la etapa escolar, con el objetivo de generar un mayor grado de consciencia y respeto frente a la naturaleza. De igual modo, es urgente crear políticas medio ambientales con una mirada respetuosa y sustentable con la naturaleza, así como también, incluir mejoras en la fiscalización y cumplimiento de la normativa que protege las especies silvestres y programas para el control de especies exóticas e invasoras y, lo más importante, no olvidar denunciar acciones ilegales que afecten la fauna silvestre cuando seamos testigo de ello”, concluye.