Emerson Marín, CEO y cofundador de LIRMI
La educación hoy en día no solo significa la enseñanza formal en los establecimientos, sino también formatos híbridos, que implican educarse desde la casa. Es por ello que se vuelve importante la tecnología y el garantizar el acceso a una conexión adecuada, sobre todo cuando hablamos de lugares remotos que no cuentan con las redes adecuadas para poder conectarse de manera óptima.
El Quello Center de la Universidad Estatal de Michigan fue tajante al respecto y en un estudio reciente aseveró que los niños que no cuentan con una buena conexión a internet se atrasan académicamente, pudiendo obtener hasta medio punto menos en el promedio de sus notas, frente a estudiantes que cuentan con correctos niveles de conectividad en sus casas. Acá es donde el 5G -que garantiza mayor rapidez en la transmisión de datos, menor latencia (tiempo que transcurre entre que se envía y recibe una señal) y mayor cobertura- hace sentido y de ahí la relevancia de su despliegue en Chile.
El 5G abre las puertas para generar grandes avances en materia de digitalización de la educación. Posibilita la transmisión de mayores volúmenes de información -y de manera mucho más rápida-, contribuye a mejorar los procesos de enseñanza focalizados, y además, hace que veamos cada vez más cerca la posibilidad de aplicar realidades virtuales en las aulas, algo que hace décadas era impensado.
Pero la atención también debe estar puesta en el óptimo acceso a banda ancha en las regiones o lugares de difícil acceso, dado que la conectividad siempre ha sido un dolor de cabeza para aquellos que viven más alejados de la capital de nuestro país. La buena noticia es que han habido grandes avances en esta materia. Según estadísticas entregadas por la Subtel en enero de este año, un 67,8% de los hogares en Chile ya cuentan con una conexión fija a internet, lo que significa un gran avance en la reducción de la brecha digital en el país. Lo importante ahora entonces es trabajar por combatir ese 33% restante.
El proceso de digitalización de educación en las regiones de nuestro país debe ir acompañado de una conexión de red rápida y eficiente, sin ello todo se ralentiza, y los que se ven directamente afectados son los niños y niñas de aquellos lugares donde es difícil acceder a estas tecnologías. Por esto es que la clave está en democratizar y descentralizar la conectividad, y esperamos que esta red de quinta generación logré contribuir con este objetivo.
La orientación hacia la digitalización es hoy una realidad en todos los aspectos y la educación no se queda atrás. Con el 5G presente hace casi un año en el país, los avances pendientes no sólo dependerán del despliegue -que claramente es la base de todo-, sino que también de que los establecimientos, educadores y estudiantes cuenten con las herramientas necesarias para estar a la altura de estas nuevas mejoras.