Pablo Vidal, gerente general Sustenta+
Tras el plebiscito y cambios ministeriales podrían apaciguarse las aguas y debiéramos entrar, como corresponde, a “modo 18 de septiembre”.
Un apaciguarse solo político, porque la economía está dura e incierta, la inflación golpea, vivimos una emergencia climática, desigualdades que se mantienen, pero que no tienen por qué impedirnos repensar estas tradiciones incorporando una mirada sostenible.
Se hace necesario plantear estas fiestas con la mirada del triple impacto: amplificando nuestro efecto social, económico y disminuyendo nuestra huella ambiental en todas las decisiones que tomemos en estos días. ¿Cómo tener un “dieciocho” sustentable? Algunas recomendaciones:
Partamos por amplificar el impacto económico de estas fiestas. Alguna vez se ha planteado ¿quién preparó las ricas empanadas que comeremos? ¿De dónde vienen las verduras de las ensaladas? ¿Qué emprendedores hay detrás de esta fonda? Buscar y preferir a pequeños emprendedores locales, cercanos a su casa o lugar de celebración podría transformar esta tradición, en un impulso a la pequeña economía y contribuir a una celebración más distributiva.
Por otro lado, nuestro planeta no da para más. Así coinciden científicos expertos, por ejemplo, del IPCC. Hagamos de ésta, una fiesta circular, regenerativa y definitivamente neutra en carbono. Prefiera productos con nula o baja huella, o que al menos propongan formas de compensarla. El mercado ofrece muchas opciones en esa línea. También evite los plásticos -de un solo uso- en vasos, cubiertos y platos; y en caso de buscar un local para comer, prefiera aquellos que optaron por cubiertos de madera, vasos de vidrio y otras acciones similares.
¿El asado? Idealmente a gas, e incorporando más verduras y productos veganos. Y sigamos cuidando el agua que, pese a las lluvias, seguimos en déficits históricos.
Consuma lo que realmente va a comer y evite el desperdicio de alimentos. Son cientos de toneladas de alimentos que terminan en la basura y eso no da para enorgullecerse. En esa línea, separe lo orgánico y compóstelo; y lo que sea reciclable (como botellas plásticas, cartones, latas y otros plásticos) recíclelo. Por ningún motivo los deseche para vertedero.
En cuanto a los desplazamientos, prefiera vehículos bajos en emisiones, transporte público, o si puede, camine (para bajar los asados) o ande en bicicleta.
Como dicen nuestras cuecas, es tiempo de darle “una vueeeeelta” a estas tradiciones, y con un poco de creatividad no solo disfrutarlas, sino transformarlas en una oportunidad para descubrir que ser sostenibles es mucho más fácil de lo que creemos. ¡Felices Fiestas!
