Martín Leal, Director de Operaciones 2811
Si bien la tendencia de crecimiento ha traído progreso en ciertas regiones y ha ayudado a reducir los niveles de pobreza a nivel mundial, también ha contribuido en gran medida a fomentar la mayoría de problemas sociales que se viven actualmente.
El Club de Roma lo advirtió en los 70. Este grupo de científicos y políticos alertó que la Tierra no soportaría el crecimiento demográfico y económico: la creciente demanda de bienes y consecuente producción tendría límites. A través de sus estudios, determinaron que, si la humanidad no comenzaba a tomarse en serio esta limitación , la tierra entraría en un “sobregiro y colapso” antes del año 2070. El planeta tiene la capacidad de regenerarse a sí mismo. Sus sistemas funcionan en conjunto para hacerlo. Sin embargo, los humanos y nuestra manera de relacionarnos con el medio ambiente han afectado profundamente los equilibrios que lo permiten.
Un ejemplo de cómo la creciente demanda por bienes puede afectar nuestra diversidad de ecosistemas, es el caso del vertedero clandestino de Atacama, la basura que mal decora el desierto más árido. Además del impacto directo sobre el ecosistema donde esta montaña yace, este exceso de producción tiene una huella hídrica tremenda (un jeans nuevo usa 7.500 Litros según la ONU), y hoy, paradójicamente permanece como desperdicio, en el desierto más seco del mundo. La crisis medioambiental no solo amenaza los paisajes y el flujo de los procesos naturales, sino que también tendrá un efecto en nuestra calidad de vida y más aún en la de los grupos más vulnerables.
Es importante que desde nuestros espacios impulsemos un cambio de paradigma en la forma que los seres humanos nos relacionamos con la naturaleza. La primera parte del cambio es la consciencia, la segunda es la acción. La educación es una herramienta clave para hacer frente a los desafíos que vivimos en este siglo, por lo que es el crucial que nuestro sistema educacional fomente competencias y habilidades verdes en nuestros futuros líderes, que les permitan la acción climática y desarrollar acciones regeneradoras para nuestro planeta. Porque la sustentabilidad ya no alcanza, y solo nos queda regenerar nuestro planeta y sociedad.
