Tadashi Takaoka, Director en Socialab Chile
Socialab dejó sus oficinas en abril del 2020, y hasta la fecha todo el equipo trabaja de forma remota. Siendo franco, pensé que caeríamos en el camino, que tendríamos que volver a la fuerza, pero funcionó.
Ahora que el teletrabajo y regreso a un modelo cada vez menos híbrido está siendo tema social, me gustaría compartir nuestra experiencia. Antes de partir, es necesario destacar que en esencia somos una consultora, por lo que el trabajo a distancia al ser un servicio, es completamente posible. Con algunos clientes hemos hecho cosas puntuales presenciales, pero el 80% de nuestro servicio es online, lo que hace viable nuestro negocio desde lo remoto.
Como todo, el trabajo remoto tiene sus pros y sus contras, lo que nos ha permitido aprender del proceso. Uno de los primeros aspectos positivos que nos ha permitido trabajar 100% remoto, es que esto atrae mucho talento. Cada vez que en Socialab abrimos una posición dentro del equipo, tenemos más de 500 postulaciones.
En segundo lugar, y mucho más personal, mi hijo coincidentemente nació en agosto de 2020. Durante un año completo pude estar con él cada día, me atrevería a decir que el 95% del tiempo que lleva acá, me ha visto. Pero la conclusión más relevante es el efecto en mí: mientras me sea financieramente posible, creo que jamás voy a volver a trabajar full time presencial en una empresa.
Tercero, hemos visto a gente de Socialab rechazar ofertas con más pago de otras empresas, que sabemos son producidas por el “lock in” una excelente cultura y el trabajo 100% remoto, tanto así que hoy día tenemos a parte del equipo viviendo en el sur de Chile, Portugal, España, Colombia, Estados Unidos e Irlanda.
Y por último está la eficiencia del tiempo, que es brutal. Todas esas horas viajando desaparecieron, y se convirtieron en tiempo de ejecución, o mejor aún, en tiempo de ocio.
Una de las cosas negativas de este proceso ha sido la conexión del equipo, que en un inició estuvo muy en duda. Cuando recién llegué como Gerente General, el equipo sentía una distancia conmigo, nunca nos encontramos en un café o almorzamos juntos, y esos espacios son importantes, además Socialab se caracteriza por su horizontalidad jerárquica. Pero encontramos formas: desde reuniones presenciales cada dos meses, hasta darle valor a los espacios de los lunes para conversar sobre lo que fue nuestro fin de semana, sin hablar nada de trabajo, solo nuestras vivencias y sentimientos.
Por otro lado, la velocidad de respuesta para cosas pequeñas ya no es tan rápida. Ya no me puedo parar y preguntar “¿cuál era el apellido de este cliente?” a viva voz. Y si bien herramientas como Slack y el mismo Whatsapp nos ayudan mucho, nunca es igual.
En síntesis, para mí ha sido una excelente decisión. La calidad de vida que hemos logrado es superior y aún siento un apretón en el estómago cuando veo el taco fuera de mi departamento a las siete de la mañana mientras yo estoy tranquilamente preparándome para el día. Ojo, no soy inocente, sé que no es aplicable a toda industria, pero si están en la duda de si hacerlo o no, mi propuesta es que lo hagan.
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