Diego Urrejola, director ejecutivo de Fundación Cosmos
Compartimos y nos alegramos que en el Día Mundial del Medio Ambiente, el Presidente Gabriel Boric hiciera un llamado a dejar de considerar los temas medioambientales como ejes sectoriales, y asumirlos como ejes transversales para todas las políticas públicas del Estado.
El desarrollo y expansión portuaria de Chile es una de estas políticas sobre las que debería imperar esta visión transversal de los temas ambientales, sobre todo en los megaproyectos de infraestructura crítica que impulsa el Estado. No obstante, la realidad no parece seguir esa lógica.
A pesar de recibir más de 3 mil observaciones ciudadanas al proyecto “Puerto Exterior de San Antonio” en el marco del Sistema de Evaluación Ambiental y, por lo tanto, tener que dar respuesta a un ICSARA de proporciones históricas que constata sus falencias y omisiones, la Empresa Portuaria de San Antonio está empeñada en mantener la tramitación de su Estudio de Impacto Ambiental, con la esperanza de parchar un buque que se hunde y hace agua por todos lados. Debemos recordar que este proyecto se emplazaría adyacente del Santuario de la Naturaleza Humedal Río Maipo, cuyas funciones ecosistémicas -frágiles e irremplazables- inciden directamente en el bienestar de las comunidades.
El desarrollo económico del país en un contexto de cambio climático, pérdida de biodiversidad y contaminación, debe ser con y no a costa de los ecosistemas naturales frágiles y únicos.